Mar De Fondo: relatos
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martes

Neblina

“Una tenue cortina permanente,
cubre una frente de ojos luminosos.”



No puedo medir el taconeo, el eco feroz sobre la humedecida vereda en tinieblas. Av. Cramer derecho. ¿Y si a la vuelta de la esquina…? Me paro en seco. Echeverría. La bocacalle, el amarillo antiniebla a penas se distingue. No tengo necesidad de ir, necesito dirección. Esquina, doblar. Allá, esa irradiación de los halos de la avenida, me atraen como polilla a la luz. Si solo esta humedad no me calara los huesos; me castañean los dientes y no hace tanto frío. Huelo la capa de rocío como un peso sobre el cuerpo, estoy agitada de cuadras de acelerar el paso tratando de cabalgar estos pensamientos… y esa ansiedad de encontrar.
Me merezco un café, un poco de calor de estómago a ver si se me calientan las ideas. Escribirlas. Antes de cruzar la Avenida tiene que haber un lugar donde parar.

***

Cuarenta minutos de viaje hasta Juramento, ya queda poco para llegar a casa. Hora pico. Increíble esta niebla, asciendo hacia ella en la escalera mecánica, y la humedad desciende sobre mi. Pegajosa realidad exterior. Visibilidad: medio metro. La hora de la vuelta. Subte “D” repleto. La calle de gente que retorna a algún sitio, pero entre esta densa neblina, parecen aceleradas figuras fantasmales sin rumbo.
Me gustaría no tener rumbo hoy, no tener donde encontrar, solo andar buscando por ahí. Mejor me desacelero un poco. Unas cuadras al azar antes de volver a casa, al hogar… ¿Hogar y casa son lo mismo? Creo que no.
Echeverría. Cruzo. Doblo. Estoy yendo para el lado contrario. No pasa nada si me tomo un cafecito antes de volver, lo que sea puede esperar un rato más hoy.
Cruzo la avenida. Nunca voy para ese lado, no se porque, no es por falta de curiosidad, es más bien que nunca necesito ir para ese lado del barrio.
¡Que niebla! no se ve casi nada. Vidrieras a oscuras. Un Ovalo con un sol. ¿Será un Bar? Si es. “La paceña”, fuera de lo común, nunca lo había visto. Es pequeño. ¿Está abierto…? ¿Cómo entro? Un timbre. Y esos pótus contra el vidrio ocultan el interior un poco. Interesante. Me gusta. Veamos que hay detrás

***

Contra la pared de ladrillos a la vista, hay lugar. Ella deja atrás y a la izquierda el mostrador, que parece contener una selección interesante para paladares dulces. Esa mesita, está bien, y por suerte esta dentro del área fumadores.
-Si…un buen café como a mi me gusta, un cigarrillo sin culpas y tal vez algo más, para rematar un día poco perfecto
Ella pide. Escribe. Fuma.


Él, se sienta de espaldas a la pared, mirando hacia la puerta, ese hábito sin sentido, lo hace sentir más cómodo; como si ver quien entra y quien sale, pudiese suministrarle algún tipo de alerta sobre su seguridad.

Una muchacha con un delantal blanco hasta los pies y sonrisa cansada, le pregunta si ya sabe que tomar.
Él asiente y pide Café doble apenas cortado, y la porción de tarta de manzanas que vio al pasar por el mostrador. Le sonríe con todos los dientes, más que por ser amable, por la felicidad que siente al venir a regalarse unos minutos para si mismo.

Mira alejarse a la moza y pasea un poco la vista hasta la puerta. –Pero, ¿que hacer más que mirar? Mejor seria leer algo, tal vez esos papeles para mañana… ¡No! -niega con la cabeza- nada de trabajo; mejor una revista cualquiera-. Cerca del mostrador ve el revistero y se levanta para curiosear, la mayoría ya las vio; un articulo de la Tapa del National Geographic, sobre la química del amor, le llama la atención, la toma y gira hacia su mesa buscando el artículo entre las páginas de fotos de paisajes espectaculares, y animales exóticos capturados por los que son considerados los mejores fotógrafos.

Ya cerca de su mesa, nota a alguien sentado en la mesa de al lado; una mujer de cabello oscuro, le da la espalda a la pared; su frente apunta hacia la puerta y sus ojos a la pequeña libreta sobre la que escribe con apuro furioso garabatos en letra minúscula; un cenicero con varios cigarrillos apagados, y uno consumiéndose en abandono a punto de caerse sobre la madera oscura, un café grande, y una porción de tarta
–tenemos los mismos gustos piensa él levantando las cejas. -Que distraído estoy, ¿no la vi entrar?; seguramente ya estaba cuando me senté, pero casi imperceptible, tan ensimismada-.
Él, se acomoda en la silla. Con el artículo encontrado, apoya la revista y toma la taza sin mirarla. La Detiene frente a su cara con asombro y duda, la espuma rebalsando le saca un rictus en el rostro y su ceño se frunce; la apoya y nota la mermelada roja escurriéndose sobre la torta, hacia el plato de loza blanca. Algo confuso, trata de entender con la mirada en el entorno, y ve a su vecina que mirando insistentemente al mostrador, y levantando el brazo, intenta llamar la atención de la muchacha, que en una mesa cerca del vidrio abandona dos copas de vino tinto frente a una pareja que se sonríe, gira y se dirige a la cocina. Ella, algo desilusionada, ve a la muchacha desaparecer. Así, se cruza con la confusa mirada de él, y entonces; las dos miradas van de las caras, a la mesa del otro, a la mesa propia, y a las caras otra vez.
Entienden. Se sonríen.
-Vos pediste esto ¿no?- le dice él con una mueca.
Divertida ella le contesta –Si, doble macchiato y Cheese Cake-
-¿Tenés un doble cortado y tarta de manzanas?- Pregunta el con obviedad
-Si, claro- ella afirma exageradamente con la cabeza.
-Permitime…- El levanta los platos de su mesa, se estira hacia la de ella y los apoya, ella intenta repetir el gesto y el toma los platos de su mano. Sin intención le roza los dedos, y le sonríe casi en disculpas
-Un problema menos para la moza- sonríe ella
-Vamos a ver como vienen las cuentas- acotó él
-Si -ella rió- estamos advertidos-

El vuelve al artículo sobre el amor; percibe, que a no ser por una diferencia de centímetros están sentados a la misma mesa; así que extiende su mano y se presenta:
-Andy-
Ella toma su mano
–Ema, mucho gusto-

Eso pareció suficiente.

Me gustan sus manos ¿Qué escribirá? ¿Vivirá cerca? ¿Qué le pregunto? Estoy pensando tonterías, y ella espera que le hable. ¿Leíste este artículo? No, eso no. No quiero que esto se me pase de largo, quiero saber quien es, quiero saber más. Buscar sin más.

Y yo que estaba desaforada, escribiendo sobre cruzarme con alguien a la vuelta de la esquina, alguien que sea interesante. Las casualidades no existen. Respirá Ema. Me sigue sosteniendo la mirada, quiere preguntarme algo seguramente. Te cedo la palabra.
Ema lo mira con amabilidad
-¿Puedo preguntar que escribís?- Le dice Andy a Ema.
-Si podes preguntar, lo que no se es si puedo responderte- Le dice Ema a Andy sonriendo con simpleza.
Elevan las comisuras complacidos, después de todo no había sido tan mal día.

Y afuera da la impresión que la neblina cede.


Fin

sábado

Rondando Rodeando



Camino. Voy hacia el bar al que me prometí ir.
En la puerta, él fué para un lado y yo al otro, sintiendo parecido. Eso dice demasiado sobre “nosotros”. Las partes no confían en el funcionamiento del todo. La punta del hilo analizada desde decenas de puntos de vista, sigue siendo una hebra.
Camino.
Considerar que rodeo la cosa, que la cosa es rodeada por mí, que la cosa se ve rodeada por mí, que me veo rodear la cosa…
Voy como si no fuera hacia allá, como si intentara sorprenderme como la primera vez.
Las mesas casi en la calle, en una calle que es vereda. La plaza detrás del bar, una plaza que es un pasadizo. Todo vacío de risas. A acepción de un hombre, su perro, y su diario, cerca del mural; solo hay charcos que quedaron de la tormenta de anoche.
Rodeo. En vez de sentarme en el bar, estoy en la plaza sacándole fotos, para abarcarlo mejor. Y en la mesa de cemento frío, saco mi libreta. La periodista no funciona hoy.

Sollozo, no estoy sentada donde quiero, sobre lo que quiero, lo veo de lejos, lo tengo a la vista. Al alcance.
No me atrevo a tocar mucho.
Mucho más tarde entiendo que me acostumbre a sentir el mínimo rechazo, no me animo a cercarme lo suficiente.
Ya siento el frió en las nalgas, y se fue el poco sol
A veces que el otro se preocupe tanto es una incomodidad, a veces es lo mejor que nos puede pasar, lo difícil es saber cuando hacer que.
La punta de los dedos está helada.
¿Me conformo? No termino de hacerlo. Si así fuese, no me preguntaría como está, no tendía necesidad de saber que le pasa.
Saco mi teléfono y lo miro, nada.
Pienso en salir por los recuerdos felices, más anestesia para la verdad
Tiendo a querer sentir…me exijo.

Tengo hambre. No solo comer. Quiero alimentarme.
La cámara, el hombre, el diario, el perro. Soy alguien más. Me padezco.
Sentir lo que producen las cosas, o mirar lo que me producen las cosas.
Volver para mirar los restos. Si, todavía no. Ya voy.
Dejar de rodear
Guardo la cámara, la libreta, los puchos.
Me levanto y vuelvo a casa caminando.
Tarareo sin pensar.
“nunca es triste la verdad…
Y no es prudente ir camuflado…”

domingo

Procesión



La procesión no debería ir por dentro, como la lava que arrastra de a poco pueblos enteros de pensamientos cultivados. No deberían sufrirse emocionalmente con tanta hondura ciertas incertidumbres. Así y todo, acontece el padecimiento, y suele ser; a mí entender; una característica de la personalidad, más que un sino. Como si fuera una manera de estar y tratar de permanecer en el mundo; la visión del sufrir y padecer, es parte intrínseca de estar y ser; y por ende también, parte casi indeleble de pintar las imágenes escritas.

¿Desearía yo carecer de semejante cosa en pos de encontrar el reparo suficiente?
Claro y obviamente vuelvo a pensar que Es la formulación de la pregunta, lo que cuenta.

¿Entendió lo que escribí?

Escribir es para cada cual, lo que le gusta entender.
¿Porque entonces, tratar de interpretar la personalidad de quien escribe?; y peor aún ¿Por qué razón tratar de comprender un alma desconocida, justificándose en identificaciones?



A pesar del tiempo, del conocimiento de gente amplia, de la apertura…
A través de mis carencias que me dan ventajas inocentes.
A pesar mió, de mi ignorancia sobre tanto, que me da ventaja sobre los intelectos de estalactitas.
Aún sigo entendiéndome mejor con los “artistas” practicantes, que con los que se identifican con lo artístico, y solo niegan a ser críticos de arte.


miércoles

Morir por un secreto



Su cuerpo cayó de la ventana al patio interior del departamento de la planta baja del edificio donde vivía tapiada por miedo. Suicidio fue la carátula y con eso se cerro el caso; hasta hoy.

Tenía la mirada extraviada las últimas veces que la vi. Las coincidencias hicieron que yo fuera a ese edificio a decirle que la persona que quería hablar con ella, sería muchos años después parte importante de mis afectos más cercanos. Creo que tal vez, uno de los grandes amores de mi vida…pero eso es otro tema

Tenía una hija por la que luchaba con las fuerzas que su agotamiento crónico no consumía. Hija que se quedó con su padre después de morir, después de perder la custodia que la protegía con chalecos antibalas de los ex jefes poderosos, familiares del ejecutivo de turno que manejaba el país.

Ella fue usada por varios para darse prensa. Se puso de moda, y fue popular su causa, y cuando ya no era de demasiado interés para vender notas, se quedó sola, sin apoyo social, ni policial, ni judicial; entonces perdió la custodia de su hija y un buen día la televisión anunció su muerte; que para mi estaba signada. Una suerte de llamado de atención a los que hablan de las ilegalidades que ven; una especie de advertencia que me estrujó el corazón desde entonces hasta ahora.

Dicen que están por comprobar que no fue un suicidio. Dicen que igual ella ya no tenía demasiado que decir. Dicen que estaba encerrada. Dicen que en realidad podía ser falso lo que decía saber.
Y era secretaria; un objeto casi de segunda clase, que se encarga de los trapos sucios y lo ve pasar todo frente a si, sin emitir palabra, objeción u opinión.
Se supone que esos puestos bien remunerados debieran hacer callar a la consciencia, se supone que uno debe rendir honores a quien te eligió para semejante puesto depositando en vos su confianza. Se supone que uno no tendría que ver cosas que puedan llevar a juicio a alguien…
Y se supone que no te mandan a matar por ser la secretaria de alguien poderoso.

El día que me enteré de su muerte, me dolió hondamente, sin entender bien el porque. Claro, que las identificaciones que se pueden asociar son muchas. No tomo como casualidad conocerla en persona, aunque hayan sido pocas ocasiones.

Hoy creo más que nada que ella siempre representó los grados de la injusticia, el abuso posible, la desidia, el cambio ante el error por necesidad, la pelea sin prensa, el consumismo, la adicción a los medios, la necesidad de ego, las justificaciones de vanagloria.

Ella paso de ser la secretaria de uno de los hombres mas poderosos de su época, familia de la Presidencia de una Nación corrupta pero lucrativa; hermosa mujer que lo tuvo todo y casada con un el cuervo telemediático mas influyente; a estar sola, encerrada, cargando un chaleco antibalas con su pequeña hija, para después perder hasta eso y terminar desparramada en un patio con los medios que la llenaron de flashes, diciendo que estaba loca y se había tirado por la ventana.

Varios años después, es noticia pos mortem, y esos mismos medios levantan la noticia de que no se tiró por la ventana, sino que fue arrojada inconsciente por dos personas.

¿Será Justicia?

lunes

Neblinas



Una cortina leve, como una gasa extendida frente a los ojos… y una simple excusa para asociar un estado interior de atisbo. Como si las cosas estuvieran a punto de aclararse, da la sensación de que pronto este velo va a descorrerse, a caerse por su propio peso, mostrando claramente que es lo que sucede, cuales son las opciones que quedan. Hay siempre indicios; una luz que se expresa mejor sobre las otras, una forma familiar; hay antecedentes, experiencia que indica donde están los peligros, y donde puede haber alguna seguridad.
Pensamientos que aparentan dar calor a la helada intimidad de la neblina alrededor.
Las opciones parecen ser: Instalarse a mirar como se desvanece, y la visibilidad se aclara; o ir a dormir pensando que mañana ya no va a estar ahí.
.

domingo

Madrugada



El día despunta en la cima. Asomarse a mirarlo
El tenue destello naranja acaricia las dormidas paredes frías, despertándolas de un dulce sueño invernal; los ojos enrojecidos intentan seguir distinguiendo una sonrisa agotada, más allá de la voluntad de obnubilarse, para volver al principio de la noche, donde todas las expectativas fluían agolpadas.
Y la música siempre...
” …Abrazar lo tierno
hasta prescindir
del miedo
hasta revivir
más palabras tuyas
OH! solo para oír
la brisa
(...)
Una luz sin fin
esperando el trago amargo
tu medicina…" *

En la huida de la luz, se recupera lo que de la noche queda todavía, esa tenue tibieza temblorosa que busca el horizontal regocijo, un esperado reposo, un placer absoluto de estirarse y contraerse de oreja a oreja; del cabello al pie, en una oscuridad que refresca la vista, y persigue por un instante más anochecerse entre los pliegues de la madrugada.



*Tu medicina-Colores Santos-G.Cerati/D.Melero

viernes

Corazón que no siente



Ver venir de lejos lo inevitable. Deja ya de ser el presentimiento, la antesala. Signos de un tiempo que terminó antes de empezar; porque la primera verdad fue casi obviada por temor (que siempre suele ser la primera razón obvia).
No hay un solo paso del amor al odio; pero si hay un paso del amor al desamor: desidia egoísta, emparada en el miedo a que las cosas sean cuando debieron ser.
Lo verdadero, y lo real no suelen ser lo mismo, pero tienen una característica en común, no son fácilmente solubles, ni evanescentes.
Pero como me decía alguien, siempre queda el consuelo de la anestesia; hacer de cuenta que nada es visto; hasta que pase lo que debió ocurrir cuando era apropiado, no por menos doloroso, sino por las implicancias que el tiempo siempre trae entre sus manos.
Y nos quedan los ojos que no ven, y los oídos que escuchan a medias.

sábado

El amante silencioso


Imágenes estáticas que cuentan historias.
Aquel susurro desencadenó contraluces de palabras, que ameritan dedicatorias extensas. Y claro, sigo siendo un Mar de fondo, decantación y reflotación. Cuestiones de tiempo y tempo
Entonces me llegaron sus palabras escritas, líneas puras de fantasías no acometidas, trazadas sobre esferas de humo en el espacio oscuro.
Lo cito, porque no puedo atribuirme palabras que no son de mi ocurrencia, por respeto a las palabras, y también a los deditos que obturaron estas líneas.

“Yo no me enamoré de tus palabras y no fueron ellas las que me dieron ganas de estar con vos sin palabras. Aunque de alguna manera sí, el atractivo estaba en las “entre líneas”, donde te descubrí de una manera diferente. No en las palabras expresadas, sino en los silencios, entre comas y espacios; entre cada punto suspensivo. Por eso el silencio del encuentro, por eso la pausa del momento y lo eterno del espacio, lo eterno del suspiro. Por eso la clave del encuentro sin palabras. Puro silencio, puro suspiro, nada más que miradas y sexo del que sea, malo, bueno, excelente o para el olvido.”
“Tal vez me expresé mal, tal vez era necesario expresarlo con pocas palabras. La clave era el desconocimiento de uno y el otro, la cosa fortuita sin saber de celos, de ex –parejas, de trabajos, de rentas, ni de nada.
¡Hay! ¿Ves?... que las palabras salen, no sé de donde…”


Los signos de puntuación son a las frases, lo que los silencios a la construcción musical…
Por cierto no pude evitar preguntarle:
¿Dígame? ¿No pensó en dedicarse a escribir?

“Lo he hecho en mi pasado no tan lejano. Y de vez en cuando lo retomo. Pero me es más fácil cuando mis escritos son sinceros, y simples, y salen…”

…Y otra vez, no pude resistirme a cortar la armonía con preguntas:
¿Puedo usar lo que escribió?

“Está bien, hacé con mis palabras lo que te guste. Incluso te dejo ponerlas debajo de la almohada para soñar con ellas.
Soy un misterio para todos menos para vos.”


…Y así; ¿Quién podría decir que estas palabras no son las de un escritor?
Un relator de historias, ya es a su manera, me consta.
Tal vez debería relatarme sus imágenes, y yo ponerle palabras; aunque en realidad, creo que sus palabras llenarían mejor el espacio que habita en su mirada sobre las cosas.
Eres escritor a tu manera mi niño.

jueves

Mirarte



Sostener la respiración. Mirarte de cerca, detenidamente y pausadamente. Distinguirte mientras duermes; contemplarte mucho; catarte como si todo dependiera de eso. Reparar cuando hablas, como mueves tu boca, como si fuese la última palabra. Reconocerte observándote en cada gesto de tu mano en el aire, explicándote. Inquirirte mirarme, verte observarme, reconocerte verme, descubrirme al mirarte. Mirar en tu mirada, nadar en ella hasta no soportarlo más. Mirarnos un beso. Besarte los ojos. Comerte con la vista. Paladear tu mirada hasta que se nuble la mía. Fregarme los ojos como si fueses visión, y volver a verte frente a mí. Dejarte calarme traspasándome, mirarte hacerlo, sentirlo. Sentirte. Sentirme. Vivir mirándote. Sostener la respiración. Mirarte de cerca, detenidamente y pausadamente. Distinguirte mientras duermes; contemplarte mucho; catarte como si todo dependiera de eso. Reparar cuando hablas, como mueves tu boca, como si fuese la última palabra. Reconocerte observándote en cada gesto de tu mano en el aire, explicándote. Inquirirte mirarme, verte observarme, reconocerte verme, descubrirme al mirarte. Mirar en tu mirada, nadar en ella hasta no soportarlo más. Mirarnos un beso. Besarte los ojos. Comerte con la vista. Paladear tu mirada hasta que se nuble la mía. Fregarme los ojos como si fueses visión, y volver a verte frente a mí. Dejarte calarme traspasándome, mirarte hacerlo, sentirlo. Sentirte. Sentirme. Vivir mirándote. Sostener la respiración. Mirarte de cerca, detenidamente y pausadamente. Distinguirte mientras duermes; contemplarte mucho; catarte como si todo dependiera de eso. Reparar cuando hablas, como mueves tu boca, como si fuese la última palabra. Reconocerte observándote en cada gesto de tu mano en el aire, explicándote. Inquirirte mirarme, verte observarme, reconocerte verme, descubrirme al mirarte. Mirar en tu mirada, nadar en ella hasta no soportarlo más. Mirarnos un beso. Besarte los ojos. Comerte con la vista. Paladear tu mirada hasta que se nuble la mía. Fregarme los ojos como si fueses visión, y volver a verte frente a mí. Dejarte calarme traspasándome, mirarte hacerlo, sentirlo. Sentirte. Sentirme. Vivir mirándote.
Sostener...

lunes

Nomina Nuda Tenemus



De todo aquello, solo su nominación nos resta.
La reducción del Universo, hasta abarcar la palabra entera, presupone un camino de ida y retorno, al lugar de donde se partió; trayendo las nociones de algo que se acota a una serie de letras amalgamadas.
Es como llegar a ser Buda, para entender que encierra el OM, la nimia silaba que encierra el misterio del nombre del Universo y del Ser.
Entender un nombre, su nominación, el nombre de él; es, llegar a la planicie donde se abarca cada letra. Dejar deslizar de la boca su nombre, es entender la “prístina” cosa; desde su comienzo en mí, hasta el punto de la paz conmigo en mi entendimiento de él.
Después; si aquello sigue siendo presente constante; entonces, una nueva “nuda” se desarrolla, enriqueciendo esta “nomina” que poseemos, por ser propia, irremplazable, irrepetible en la línea del tiempo que nos trajo hasta el punto de darle un nombre al recuerdo, del que nos queda solo el nombre de lo recordado

***
**
*

AdAeternoDeusMeFecit
..

viernes

Casas de playa



Desde aquí, la pared que nos separa parece demasiado gruesa para ser atravesada.
No es cuestión de distancias, se trata de otra cosa.
Hay una ventana de tu cuarto al mió, y de mi cuarto al de él. Seguimos siendo tres ¿viste? Creo que siempre tuviste razón, tanto como tiendo a pensar que estás equivocado.

Es extraño creer, (o querer creer) que nos hubiese gustado ser algo más el uno para el otro; no pudimos, y no sabemos bien porque, bueno vos tendrás tus deducciones y yo las mías, de seguro no son las mismas, sino estaríamos juntos riéndonos de todo lo que hay afuera, de cómo los demás nos ven, de cómo los vemos a ellos.

No te escucho reír, y creo ver que escribes sonrisas para ser leídas.

A veces te extraño, nos extraño a nosotros, más bien extraño lo que nunca llegamos a ser, lo que es imposible que seamos. ¿Se puede extrañar lo que no ocurrió? No verdad, es solo melancolía.

Aquí hay también una puerta ¿sabes? Debes tener una allí, similar a esta; ¿Qué habrá del otro lado? Ahora, no. Esta ventana deja que me susurres en sueños, que cifres mensajes radiales, que intentes no verme todo lo que te sea posible.
Me sobra el tiempo, estos puertos me llaman la atención, y tampoco necesito salir de aquí, pero sabes que algún día tendré que abrir la puerta ¿Qué habrá del otro lado? ¿Habrá las mismas cosas que detrás de la tuya?

jueves

Ensueño

“Igualmente sos libre de hacer lo que desees mientras te cante.
No es obligación el quedarte dormida y soñar.”

Ella dormitó un poco, con el arrullo incesante del agua corriendo en los tejados. Afuera; y al final de los oscuros nubarrones; un horizonte anaranjado se perdía de a poco, detrás de los edificios a lo lejos.
Una brisa fresca se desliza entre las claras cortinas, poniéndole un poco la piel de gallina en los brazos, se los restregó. Acomodó el cuerpo un poco en el sillón del living, hundiéndose en los almohadones.
Casi en el instante en que parecía perder la consciencia, le pareció escuchar claramente: “No te duermas aún”… esa voz conocida, la despertó del sopor. Abrió los ojos.
Ya de noche, la habitación estaba a oscuras, y notó que deberían haber pasado varias horas, y no algunos minutos como ella creyó percibir.
Tal vez aquella voz, era el final de algún sueño que llego a la superficie.

Volvió a sonar su recuerdo: …-No te duermas aún…- con la voz de él, suave y calida, cerca de su oído, ninguna imagen, como si realmente hubiese estado en aquella habitación junto a ella. Volvió a sentir el frió recorriéndola por los brazos hasta los hombros y sintió la necesidad de esta calidamente acostada, cómoda y relajada, pero no tenia fuerza suficiente para levantarse de aquel lugar.

Pensó cuanto hacia que no lo veía, pensó en la última vez, trato de recordar detalles, pero se le escapaban, estaban desdibujándose con los días, las semanas…
¿Y esto? ¿Qué era esto? Era como una resistencia, un último coletazo, una sensación de no querer dejar ir algo que ya no estaba ahí, algo que tal vez no era beneficioso pero se había hecho costumbre.
Casi con fastidio se levanto y fué al dormitorio, de desvistió, y desnuda se metió en la cama; acurrucándose, dejo que el placer de las sabanas limpias contra la piel la llenara de satisfacción; se relajo, y se dejo llevar por los bostezos.

-Te tengo así ¿ves?- escuchó.
Apretó los parpados cerrados, y giró en la cama.
Pensó en Animales Mitológicos, y en las historias donde los enemigos son tangibles, cortables y perforables.
No era este el caso, aquel fantasma no se iría blandiendo armas, ni siquiera rogando. Aquella voz estaba en su cabeza, y no necesitaba de exorcismos. Aquella voz trataría a toda costa de sostener el recuerdo en su memoria, todo el tiempo posible, trataría de no morir, intentaba reinar y permanecer, resistiéndose a lo inevitable: El Olvido; o peor aún; la indiferencia, esa forma de olvido consciente, esa manera de tener olvidado algo que está ahí.

Algo dormida, dejó que aquellas palabras la llevaran en brazos hasta las imágenes oníricas. Se deslizó en sus brazos, sintiéndose acompañada en la soledad.

El viento golpeo con fuerza las persianas de madera, y los truenos, incentivaron la impresión de protección que le brindaban aquellas sensaciones acogedoras.

Se dejó ir, calidamente…

Un escalofrío la alertó a penas, un leve cosquilleo sobre un pecho, la sensación del aire frió que contrae la piel. Instintivamente se llevo la mano al pecho, y encontró una mano donde creía que estaba su pezón. Su mente hizo cientos de asociaciones, y se detuvo ante el placer que le generaba aquella conmoción sobre la piel. Abrió los labios y aspiro con fuerza, elevando el pecho del colchón. Entre sus labios sintió algo húmedo que se introducía dentro, suave y calido. Una parte de su instinto reconoció aquel tacto. Abrió los ojos.

Él, su lengua y su mano suave.
Aquel despertar confuso, dulce y excitante; la lleno de extrañeza, pero sobre todo de gozo. Quería más, se dejo en sus brazos, y obtuvo más.

Por primera vez, recibió gozosa, por que no tenia consciencia suficiente para entregar físicamente, solo para estar en aquel instante, en el que él, había llegado a su cama, llevándola de lo onírico a la vigilia, de tal sutil forma, que el despertar no pareció tal.

sábado

Carencia



Estas manos que están de más, que van y tocan esta boca que está de más; ya ni siquiera se preguntan porque buscan los labios heridos, dañados, comidos, sensibilizados al mínimo rose
Y continúan los dedos igual buscando buscar, lo que la boca no puede encontrar como una comunión desesperada, una unión de carencias. Y los ojos rojizos buscan lo oscuro para imaginar las formas que la luz no trae, y el oído se encierra en sonidos hipnóticos que recuerdan y se adormecen en susurros que las voces del viento traen y llevan.
Todas las partes de debaten encontrando, se preguntan, se responden y no hallan lo deseado.
Solo un aroma a deseo flota, intangible plenitud de ausencia, dolorida, aterida, injusta.
Una maquinal insuficiencia que se arrastra por los espacios circundantes, ahondando el acabado vació de soledades eternizadas en las paredes.
Esta necesidad de que todo sea uno de una vez y para siempre, un unísono, un tono que quiebre las divisiones que mantuvieron a estas partes solo atadas a lo que les da movimiento careciendo de vida.


Entonces la mano, la boca, los ojos, los oídos buscan más allá encontrando algo que es más nada que la nada misma, porque solo les recuerda cual lejos están lo que debe ser tocado, besado, mirado y escuchado en la sinergia del amor debido.

viernes

Impresión... Déjà vu?



Dos cosas me impresionan sorprendiéndome indefectiblemente: La visión de suaves cortinas abultándose en la fría brisa nocturna, y la mortecina emisión de una luna llena sobre los objetos; si a su vez, esta luz se filtra a través del levante de las claras cortinas induciendo una corriente helada a la estancia, mi impresión aumenta aun más.

No podría especificar si la impresión es de gusto o disgusto, solo es una fuerte necesidad de atención que no puedo disipar con facilidad, y tampoco deseo perder. Es, como una puerta que me otorga la posibilidad de transponer un umbral que me trasladaría a sitios desconocidos y recordados al mismo tiempo. Un antiguo temor, un lejano placer, un instante perdido en la línea del tiempo.

Nada se le iguala a ciertas impresiones de la mente; son únicas...

Nada se parece a algunas sensaciones que se disparan por hechos aparentemente triviales.

El significado es la búsqueda, y en ese encontrar las partes de este enigma me entretengo la mayor parte del tiempo, que trascurre entre mis manos día a día, resbalándose infructuoso, ansioso y solitario.

Escribo muchas horas de mi día, y me la pesé escribiendo bastante tiempo de mi existencia. Lamento no haber leído algunos “clásicos”, lamento no haber pasado mas tiempo al sol oscureciendo mi piel, lamento no pasar mas tiempo haciendo sociales, lamento una serie de cosas que de vez en cuando; sobre todo cuando disfruto de algo escrito, me parece un lamento vano e inútil.

Desearía haber hecho, o sido muchas cosas más... O quizás pueda expresarlo de esta manera: “Para hacer todo lo que me gustaría necesitaría varias vidas conscientes o vivir 400 años”. Este comentario casi inocente de mi juventud, ahora se pone en perspectiva con las sensaciones actúales otorgándoles una verdadera gracia, y un significado diferente.




Pero volviendo al asunto de las cortinas y la luna, en mi duermevela recurrente se paraliza el ambiente ante las sombras alargadas, pálidas y acromáticas, extendiéndose hasta decolorar los objetos. El susurro de los árboles meciéndose, la punta de mis pies, a la orilla de la luz sobre el piso frío
En mi mente cesan los pensamientos y no puedo más que observar cada sombra, oteando alrededor, registrando las formas contrastadas...todo es presente del que no puedo salirme

Sensaciones que no estoy segura de poder compartir con alguien, tan subjetivo que aunque intente explicarlo con exactitud siempre se escapa la forma exacta y concreta, la alusión especifica.

Imagino que hasta que encuentre el juego de palabras adecuado para expresar esa emoción, seguiré jugando con palabras, como un Cabalista... como un Alquimista.

*

martes

Oráculos de los Martes Muerte



Me teme. Como se temen los malos augurios. Soy solo un síntoma, acaso uno más, de un síndrome sin nombre que carga desde antes que me apoltronara un poco en su cercanía acariciándonos
Entonces, ahora es más sencillo decirme a mí que tengo miedo, y pedirme que las cosas no pasen, como si pidiéndomelo se evitara lo inevitable. Solo tal vez, él no sopese la posibilidad de que no acontezca; por lo menos, no lo que está calculando.
Inmoviliza la respiración y se siente valiente. Quizás, solo le haga notar en algún momento; cuando ya se este poniendo azul por falta de oxígeno; que si no respira, otro fin va a ser inevitable, y lo que va a matarlo no fué entonces encontrarse conmigo, sino su propio temor prejuicioso a los gatos negros.
.

sábado

Disritmia



De cuanto siento, ausente la estela,
mera añoranza de lo pendiente;
desnuda hacienda de afables gestos,
engendrándome averías insociables

Silencio inmensurable, limpio ruido;
si callaras a quien dice apreciarme.
Trazas del confesor que me habita,
sin quebrantar la vitrina del desaire.

Tras los sentidos se ríe la tibieza
mis acrílicos ojos vegetan gritando
ser silvestre se torna ambición
y allá estoy, inerte revolcándome.

jueves

Mirar y Ver



Esperar.
Las cortinas se abrieron sobre las últimas luces del oeste.
Sobre los objetos que carecen de brillo, solo queda su color real, una percepción más nítida.
Un segundo, una visión, el instante del momento perfecto al ojo, que se desvanece en la oscuridad creciente, en el camino a la noche.

Las horas no dejan de bajar.
El latido llega al punto máximo de tolerancia, para pasar a ser percibido como una molestia.
Cesa.

Quedarse mirando en la carencia de luz, es solo mirar lo que fué y ya no es, ni será.

Mientras tanto, bajo la luz artificial, otros objetos cobran forma y color.
Mirar hasta poder ver.

Apagar la luz. Acercarse y tocar, implicarse, poner el cuerpo.
No es menos falso, no es menos real.

Instante


La Más reciente foto tomada de mi siamés.

Mi gato, es un siamés insistente y testarudo.
Me empeño en explicarle mis desánimos, pero no entiende.
Y como suele traducir mis emociones, se tranquiliza con mi tranquilidad y llora angustiosamente ante mi angustia.
“No puedo”, le dije, y se me quedó mirando desde el suelo, poco convencido; pero se fue a dar una vuelta por el balcón de casa (en realidad, se fue a gritar al balcón)

Trato de escribir un poco más.

Vuelve a reclamar upa, y al borde de mandarlo al carajo, lo miro, con el amor que me mira y pienso ¿Qué culpas tiene este bicho, que no entiende que no puedo, que no quiero?
Recuerdo, mientras lo alzo, la meditada decisión de adoptar la responsabilidad de una mascota.
¿Tal vez una egocéntrica autodefensa? Él, parece estar bien con eso (¿opciones?)
Me lastima pensar, que el amor que conoce a través de mí, no sea el mejor que pueda obtener.

Ahora con sus patas sobre la hoja, mira la lapicera y lo dejo acercarse. Con su calorcito entiendo que es mejor así para los dos.
Lo dejo hacer. Se lo merece (porque se merece todo), y en ese deseo suyo, va mi bienestar.
Entiendo que no es egoísmo. Aprendí con el tiempo, que a veces es bueno que me interrumpa en mi deseo.
Mi afecto es el único que conoce, no tengo derecho a hacer oídos sordos a la decisión que tomé para ayudarme.
Fue la decisión más sana que tome en mi vida.

miércoles

Castillos de Naipes o Castillos de Arena


Monje pintando mandala con arena de colores



Ceremonia de la Impermanencia

Hay miles de lugares donde el alma reside, contenida en un invento fruto de una idea.
Miles de construcciones forman parte de las lucecitas de colores, con las que se mandan señales al resto de las construcciones.

Es siempre más tranquilizador pensar que hay miles de otras construcciones parecidas a la propia; identificación le dicen.
Tiene tantos ceros la cantidad de voces que tienen algo que piensan es importante ser dicho, que el numero se escapa.

¿Es acaso todo este pensamiento parte del conformismo?

Detrás de la negativa a sacar una de las cartas de abajo ¿Qué se esconde?
Dentro de la necesidad de ser citado y leído ¿Qué reside?
No hay respuesta única a eso. Quien tiene la respuesta única, perdió el hilo del Laberinto del Minotauro.

Preguntas… formulaciones para dilucidar algo. Todo, son preguntas hechas.
La seguridad mora en querer tener una sola respuesta.
Una construcción puede idear millones de preguntas al azar.

La verdad es vivir con la verdad de la propia necesidad imperiosa; siempre va a ver alquien, que vea en eso una forma de vida.
Tener en cuenta todo, no es descreer.
Estar muy seguro, determinarse, es la muerte ¿no?
Se detuvo la construcción del castillo, ¿y la muerte es inevitable? Etapas le dicen.
Pero son naipes, esa es la ventaja.
¿O acaso es arena?
La arena se derrumba con un solo movimiento de la mano, como un Mandala
Las cartas requieren más atención, por que dan la idea de que solo se puede sacar una y el resto seguirá en pie.

No envidiar el pasado. Preferir el presente, ya quedará tiempo para estar en el futuro, siempre hay un momento para proyecciones.

Redención…?
Ser redimido…?
Alguien a quien redimir…?
Creerse en redención…?
Pensarse redentor…?
Es esa la “idea de Dios”.
Perdón.
Te perdono.
Estas perdonado.
Estoy perdonado.
Esa es la “Idea de la Impermanencia”.



El Universo es una creación mental, sostenida en la mente del TODO.
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jueves

Amor. De Cero

Es… como ser, así es.
Es estar, pero se parece a eso.

Un amigo me hablo una vez de un termino acuñado por el hinduismo, para explicar el perfecto estado de amor del ser: “Bienaventuranza”. Me gustó esa palabra, y me quede años tratando de ver si podía averiguar de qué se trataba.
Hablan de ella, y se puede llegara ella, pero la dificultad residía siempre en mantenerse ahí, y obviamente, eso crea una especie de disociación, en la que se va de un lado a otro, atrayendo solo angustia.
Dicen que es peor haber conocido y haber perdido, que nunca haber tenido.

Pero eso, le pone impulso al dolor. Que seria de una cosa sin la otra ¿no? Un mundo sin horror me dejaría sin paz ante la belleza. Está ahí para ser transitado. No para ser negado, ignorado, odiado o descartado. Esta para ser, para aprenderlo, para evolucionar.
Y el amor, es un transito constante, entre algo que lo potencia y algo que lo destruye.
Pero no se desvanece, ni siquiera con el deseo de no desear ya mas nada.

En náutica, se dice que “Tormenta que no te mató, te fortalece”. Se que es cierto; y cada vez, uno se siente más capaz de capear el temporal. Pero deja de ser importante con el tiempo, lo malo que fué; porque te salvaste.

Dicen que uno repite a los demás de si mismo, lo que en realidad no se está seguro de ser, por que si uno estuviera seguro de algo que es, no lo repite para escucharlo. Uno, entonces no dice nada.
Así que deje de hablar de mí, por lo menos de las cosas que creía. Pero miro atentamente lo que repito demasiado, para percibir que ideas falsas quedan.

Se, que el amor me salvó de muchas maneras, y tubo a veces que pasar mucho tiempo para darme cuenta que era así, porque no quería escuchar lo que se me tenia que decir, ni de la manera que se me tenia que decir.
Igual sigue siendo un camino solitario, como escritor lo sé. Pero no me preocupa eso, ya no.

Cuando se aprende a amar, se aprende a dejarse amar. A aceptar, a dejarse querer, a aceptar que los demás realmente creen ver en uno cosas maravillosas (por más que a veces uno, no esté muy de acuerdo)

Cuando amas, ya no esperas. Pero no falsamente, repitiéndote todo el tiempo que das sin esperar. Sino realmente sin esperar. Y te das cuenta, por que al no tener expectativas, lo que el otro te da, no te resulta ni mucho ni poco, porque no esperabas nada en particular. Solo es, solo tienes que saber que lenguaje usa el otro.

Como le dije a una amiga, que se quejaba de que escribió todo en Ingles y alguien se le quejó por eso.
-Debería haberte pedido perdón por su carencia, vos no sos la responsable de que él no sepa otro idioma, él es responsable de eso. Yo tampoco entiendo, pero no me quejo porque la limitación es mía.-
Por suerte mi amiga se río. Pero me escuché lo que dije, y me di cuenta que no era casualidad. Ella había ayudado a solucionar algo, que yo todavía no veía.
Ese es el real reflejo en el otro. Y no es un don, o una cualidad. Es algo que se aprende, con las tormentas, y con el tiempo.


Cuando tenía 20 años quería escribir un libro, también a los 25, y a los 30. Ahora se que no tengo suficiente vida para escribir un libro, y que entonces no tenia suficientes experiencias para inventar nada. La madurez es eso, caerse de maduro, pero no al piso. Dejarse decantar, y ya saben que pasa cuando el agua se calma ¿no? Flota la mierda. Ahí es donde hay que demostrar valor, osadía, ese es el horror real. Pero no es todo lo que hay. Porque si vemos tanto horror, es porque todavía hay miedo; y el miedo, oculta el amor.

No puedo decir que el miedo se termina, ni el horror, ni el amor es constante sonrisa.
Estar enamorado, amar, y sentirse amoroso, no es lo mismo.
El amor es siendo, y se desvanece un poco y se busca, y se decide; se voltea en otra dirección, como las plantas buscan el calor, sin pausa y sin prisa.

Una vez le pregunte a un sabio: ¿Como sabés que algo es realmente amor?
-Por que más allá de todo, siempre te aporta algo de paz.- me dijo.

Y la paz no es solo tranquilidad.

También hay que empezar a elegir, de a poco. Una vez sale mal, otra vez, y tal vez no salga del todo bien, pero un día ves que alrededor hay algo mejor. Es que elegiste realmente el amor.
Sentarse a esperar no es la solución a todo. Pensar en el amor para toda la vida, tampoco.

La idea falsa reside, en pensar que alguien más va a venir a traernos algo que no tenemos.
Alguien puede venir, y te demuestra que "el amorosamente siendo", ya estaba en vos. Vos generaste eso. Y eso, te hace un poquito feliz, y te preguntas si se puede mejorar.(Si, se puede)
Pero el "ser amando", ese estado amoroso, no depende de nadie, ni nada.
Son diferentes facetas del amor, del cual aprendés a degustar. Y lo amargo te hace gustar más de lo otro, al punto de la desesperación... y la desesperanza ES salirse de la verdad, para caer en la mentira que el mundo propone: "Estas dividido y en soledad"


Nadie puede decirle a otro, cual es el camino al amor. Esa es la gracia y la desgracia.
Pero este mundo es pares de opuestos.
Negarlo es no reconocer la naturaleza, tu naturaleza.
Y negar lo evidente obviamente acarrea sufrimiento sin límites.

La verdad de lo real reside en la paz del ser.
El ser descansa incólume en del amor
El amor reside.

El amor…carece.
El amor es despojado, no despoja.
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