Morir por un secreto
Su cuerpo cayó de la ventana al patio interior del departamento de la planta baja del edificio donde vivía tapiada por miedo. Suicidio fue la carátula y con eso se cerro el caso; hasta hoy.
Tenía la mirada extraviada las últimas veces que la vi. Las coincidencias hicieron que yo fuera a ese edificio a decirle que la persona que quería hablar con ella, sería muchos años después parte importante de mis afectos más cercanos. Creo que tal vez, uno de los grandes amores de mi vida…pero eso es otro tema
Tenía una hija por la que luchaba con las fuerzas que su agotamiento crónico no consumía. Hija que se quedó con su padre después de morir, después de perder la custodia que la protegía con chalecos antibalas de los ex jefes poderosos, familiares del ejecutivo de turno que manejaba el país.
Ella fue usada por varios para darse prensa. Se puso de moda, y fue popular su causa, y cuando ya no era de demasiado interés para vender notas, se quedó sola, sin apoyo social, ni policial, ni judicial; entonces perdió la custodia de su hija y un buen día la televisión anunció su muerte; que para mi estaba signada. Una suerte de llamado de atención a los que hablan de las ilegalidades que ven; una especie de advertencia que me estrujó el corazón desde entonces hasta ahora.
Dicen que están por comprobar que no fue un suicidio. Dicen que igual ella ya no tenía demasiado que decir. Dicen que estaba encerrada. Dicen que en realidad podía ser falso lo que decía saber.
Y era secretaria; un objeto casi de segunda clase, que se encarga de los trapos sucios y lo ve pasar todo frente a si, sin emitir palabra, objeción u opinión.
Se supone que esos puestos bien remunerados debieran hacer callar a la consciencia, se supone que uno debe rendir honores a quien te eligió para semejante puesto depositando en vos su confianza. Se supone que uno no tendría que ver cosas que puedan llevar a juicio a alguien…
Y se supone que no te mandan a matar por ser la secretaria de alguien poderoso.
El día que me enteré de su muerte, me dolió hondamente, sin entender bien el porque. Claro, que las identificaciones que se pueden asociar son muchas. No tomo como casualidad conocerla en persona, aunque hayan sido pocas ocasiones.
Hoy creo más que nada que ella siempre representó los grados de la injusticia, el abuso posible, la desidia, el cambio ante el error por necesidad, la pelea sin prensa, el consumismo, la adicción a los medios, la necesidad de ego, las justificaciones de vanagloria.
Ella paso de ser la secretaria de uno de los hombres mas poderosos de su época, familia de la Presidencia de una Nación corrupta pero lucrativa; hermosa mujer que lo tuvo todo y casada con un el cuervo telemediático mas influyente; a estar sola, encerrada, cargando un chaleco antibalas con su pequeña hija, para después perder hasta eso y terminar desparramada en un patio con los medios que la llenaron de flashes, diciendo que estaba loca y se había tirado por la ventana.
Varios años después, es noticia pos mortem, y esos mismos medios levantan la noticia de que no se tiró por la ventana, sino que fue arrojada inconsciente por dos personas.
¿Será Justicia?
1 comentario:
Ufffff Marcela
que dura historia
lamentable saber que así es la política, oscura, siniestra, alejada de la justicia que todos esperan.
Besos y abrazos
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