Mar De Fondo: De Raíz

lunes

De Raíz

Estoy luchando, así lo siento. Quizás sea hora de dejarme llevar. Alguien me recuerda que resistirse es lo que causa dolor, del emocional; del físico ya tengo hace rato, lo tengo de esa forma en que se llega a pensar que cuando cese, una cierta felicidad nacida del alivio tiene que instalarse. Así como en otros momentos se piensa en grandes logros que traerán felicidad, en momentos como estos el sólo cese de un pequeño dolor crónico puede serlo. Para ser coherente conmigo voy a decir que me siento sola y no que estoy sola, más bien me siento poco acompañada a pesar de la compañía; debe ser, infiero, que en realidad uno pretende ciertas compañías en ciertos casos y que los otros son más bien un decorado, algo parecido a tener la tele prendida para sentir que alguien habla en la habitación. Hasta a mí me suena cruel este pensamiento. Por el momento nada puede hacer que me mire al espejo y me sienta conforme y considerando que ya no lo estaba, esta inflamación en mi cara me causa una cierta angustia sin nombre, porque no tengo nadie que me diga que me quiere igual aunque tenga la cara como un globo. A mí me resulta graciosa la situación, porque quizás si estuviere ese alguien de quien quisiese escuchar esas palabras, estaría afirmando que sería mejor que nadie me dijera nada…quizás, tal vez, nunca lo sabré. Conozco exactamente este recoveco del laberinto que construí a mi alrededor, una vez más la Ariadna en mí se olvida de que tiene el hilo en la mano, se queja de lo que le pasa y el escucharse quejándose le causa agotamiento de sí misma que ayuda a no querer nada, a no desear, o a desear que todo sea lo contrario a lo que es ahora, y esa imposibilidad, esa consciencia de saber lo imposible se torna en contra con acusaciones cruzadas que no encuentran salida en ningún pensamiento lógico, porque la única solución es que esos pensares-sentires mueran en el intento de seguir desarrollándose.
Una vez pregunté ¿Cómo se mata algo que está muerto?, ahora pregunto ¿Cómo se mata un pensamiento?
Sentires infames cuya raíz son pensamientos que deben ser arrancados con la ayuda de un amor que no se tiene.




Las imágenes son del ilustrador Santiago Caruso.

2 comentarios:

Papersome dijo...

Marcela, dentro de toda esta complejidad, ¡qué impactantemente clara sos! Realidad o ficción, ¡Qué más da!? Igual duele en lo más profundo, hasta leerlo, porque es o fue, con seguridad, la realidad de muchos.
Es brillante tu relato Mar, me llegaste al alma.
Un beso enorme
Patricia

Marcela dijo...

Patricia:

Ay! Me hace sonrojar… no sea así quiere, ji.


Me alegro que me visites, ya te tomaste mucha vacación. Ponete a dibujar que la letra se me derrama.

Te mando besos.


Pd: Te agradezco que no te importe si es realidad o ficción.