El Fondo del Mar
Dormir horas, como si fuese poco alucinar. Descansar dentro de la calidez, que me abraza (y me abrasa, a veces). Me desespero entre despertar y saber que es sueño lo que me deparan las historias que vivo en parte. ¿Quién puede decir que para mi mente la vida no es sueño?
Igual intento dejar de dormir las horas que puedo; pretendiendo recuperar el día que se fue antes de que me diera cuenta. Caigo sobre las sábanas, en general, casi exhausta y mis sueños tienen una lógica; entre despertares; una ilación que a veces no me sirve para nada.
Sigue siendo la profundidad de una mirada la lógica unidad que necesito para seguir hasta las últimas consecuencias. Mi privada vanidad.
Recupero la postura de la última imagen, como si… como si eso recuperara la última sensación.
Entonces me dedico a escribir, como si fuese lo único que se hacer, solo porque es lo único que puedo hacer.
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