Volver a Navegar

Transitar el espacio de los preparativos, adujar cabos, revisar la integridad de las velas.
Estancar todo, para escorar sin desordenes internos.
Revisar el motor, y evitar sorpresas al querer regresar a puerto seguro.
Tener a mano el traje de agua, aunque el sol queme la cubierta blanca
Revisar las luces por si se hace de noche antes de querer retornar
Respirar en el copit, sin prisa, sin pausa.
Soltar amarras, sin despedidas

Recordar por tacto, cuan sensible es el timón. Poner proa al viento y levantar velas.
Virar un poco y dejar que el viento pegue en el velamen, dando el tirón del primer impulso.
Y recién ahí, pensar en la brújula, trazar un rumbo, y ser la veleta.
Alinear el cuerpo
Evitar obstáculos, seguir las boyas.
Escuchar el arrullo deslizante, ver y mirar el paisaje, entender la posibilidad de poder ir a cualquier lugar solo con el soplo.
Bajar la ansiedad por llegar.
...
Disfrutar...
...
Arribar.
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