Soñarte...
Déjame escribirte, describirte el ansia que poseo.
Permíteme decirte todo aquello que no puedes escuchar de mi boca, por que, tal vez sería demasiado para tus oídos.
Escuche tus pasos alejarse, antes de que te fueras definitivamente, solo que tardé un tiempo en darme cuenta que ya no estabas; debe ser que seguías hablándome al oído, tan cercano a mi sentir interno, que no pude percibir el eco de tus pasos desvaneciéndose.
Hubo un rumor interno, una oleada de palabras recordadas que adormeció mis sentidos, y al despertar noté que ya no estabas ahí.
Podría culparme de no haberte prestado la atención suficiente.
Dime cuales palabras dejaron de pulsar al compás de la sangre de mi cuello.
Desesperadamente tropecé, al salir de la cama por la mañana. Creí que era cierto que siempre habías estado ahí.
Confusa, pensé, que aún estaba bien, que podría ser parte de un acuerdo tolerable para mí.
Al verme en mitad del living, en mi pijama de seda crudo, recordé que estabas en otro lugar, que nunca habías permanecido cerca mió, y que tendría que retomar mi sueño de alguna manera, si deseaba rememorar algo que aún no estaba claro si era ficción.
Volví a la cama, trate de retener las últimas imágenes agradables que recordaba, y cerré los ojos.
Y te soñé.
1 comentario:
a veces es simplemente eso, estar en otro lugar, y nosotros soñando que estan donde deseamos que estén.
muy buen post
besis
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