Mar De Fondo

martes

Bajo el Mar Caribe



En el Mar Caribe se encuentra el Museo Escultórico Subacuático de Cancún, ubicado en el Parque Marino de la Costa Occidental Isla Mujeres, Punta Cancún y Punta Nizuc y que se pretende sea el museo subacuático más grande del mundo. Las esculturas fueron realizadas por el escultor británico Jason de Caires Taylor. Las tres primeras piezas a hundir fueron “El Coleccionista de los Sueños Perdidos”, “Hombre en llamas” y “La Jardinera de la Esperanza”. El proyecto contempla sumergir un total de 400 esculturas





Fuentes:
Under Water Sculpture de Jayson Taylor
Wikipedia

jueves

Uh, melancolía


Hablamos de melancolía en la ruta, de los bordes entre estar deprimido, triste o melancólico y las ventajas de escribir o crear estando melancólico aunque no tanto estando triste. No es la primera vez que tengo este tipo de conversación: artistas, escritores, amantes de la literatura, científicos coinciden en diferenciar a la tristeza de la depresión y a estas últimas de la melancolía.



Para algunos es un dulce estado, hasta pacífico en el que se recuerda generalmente a alguien (más particularmente algún amor pasado). Para los estados en los que se extraña un lugar prefiero la palabra morriña que es la nostalgia por volver a un lugar.



La melancolía no tiene el llanto interno o externo de la tristeza ni el desgano existencialista de la depresión, más bien lo extrañado se instala en un rincón, en la periferia de la percepción y con presente constancia nos deja colgada la mirada.



Vinimos por una ruta soleada, que abandona un mar, reconociendo nuestras melancolías sin morriña Si quizás el mar se hubiera tragado algo de lo que flota en la piel y la mirada esto un hubiese ocurrido. Si algo demuestran los viajes es que uno puede partir y todo va con uno; que para tomarse vacaciones en uno no hay que ir muy lejos y que para tomarse vacaciones de uno solo hay que entretenerse con algo que ayude a no pensar.



Estoy melancólica y quizás vos también, mi melancolía me pide saberlo… me compele eso… entre otras cosas.

martes

Aventura: Cero


Me doy cuenta que hasta mis padres son más aventureros que yo. Ellos son capaces de agarrar el auto, mandarse a algún lugar cercano y buscar dónde quedarse. Yo no tengo marido ni auto, y viajar depende de muchas cosas que no son el dinero. Mis últimos dos viajes fueron un infierno, buscando alojamiento, volviéndome loca con las reservas… planificando demasiado para que no haya sobresaltos y sorpresas desagradables. La verdad es que nunca tuve que yirar en una ciudad desconocida buscando donde dormir, ni preocuparme por si iba a tener guita para comer al día siguiente, por lo menos no de turista. Debe ser que para mi viajar es un placer y pasarla mal no es una opción ya que se supone que uno va a descansar y no a hacerse problemas… aunque problemas pueden ser otros y problemas son de a cuerdo a como uno se toma las situaciones. En esta época en que el “turismo aventura” es que te manden al medio de la nada a escalar andá a saber que cosa, una aventura es realmente lo incierto, lo inesperado, lo desorganizado.

Quiero tomarme las cosas como vienen pero se que un mínimo de organización me es indispensable para sentirme tranquila, en control de la situación. En este segundo viaje con un amigo está bueno tener un plan B: cachar el vehículo, decidir el punto cardinal y a la mierda…
Quién sabe, por ahí es como cuando uno navega: toda experiencia; mala o buena; es anécdota de puerto y descansar solo se trate de hacer algo diferente a lo cotidiano.

domingo

Indispensable



Hay que ver Ponette (1996). Una maravillosa película sobre una nena de 4 años que pierde a su madre en un accidente de auto. No tiene golpes bajos e igual emociona por el grado de ternura de la protagonista. Es imposible no enamorarse de Victoire Thivisol.

Me impresionó la capacidad de interpretar el universo de los niños de esa edad, la forma en que entienden lo que pasa, la manera de recrear los diálogos y pensamientos que se pueden tener a los 4 años.
Me toca de cerca la pequeña Ponette, perdí a mi padre a la misma edad y entiendo perfectamente lo que es intentar lidiar con la idea de la muerte sin entender de que se trata, tratando de encontrar explicaciones e interactuando con los otros que dan pedazos y pistas sobre algo tan novedoso y extraño que se convierte en un puzzle interminable.

Ver a Ponette como adulto resulta emocionante, mejor aún es intentar recordar como se ve el mundo a esa edad y seguirla a través de su pequeña historia.
Hay otro detalle: interesante observar como son las relaciones en otros paises... como se demuestra el afecto, con que gestos y palabras.