Humo denso

Ahora la ciudad está casi vacía. Entrar a ella es a riesgo de la propia salud. Todavía hay mucho que hacer en ella, oficinas que no terminan de trasladarse, trámites que no terminan de hacerse, personas que aun no pudieron mudarse, gente que no tiene a dónde ir. Todos esos problemas que parecían imposibles de resolver para el gobierno local, los solucionó el humo denso. Al no haber habitantes, la gente que venía del conurbano a atenderse a los hospitales, a mendigar, a intentar trabajar se fue retirando de a lugares con aire más potable. El incendio dicen que cesó, pero la densa neblina sigue posada sobre parte de la ciudad y está metida en muchos rincones que aún no fueron ventilados y siguen abandonados; y nadie puede decir a ciencia cierta cuándo, cuándo se ve a despejar el aire.
A algunos sigue sin gustarnos vivir adentro, con los aires prendidos todo el tiempo, y mirar hacia fuera a través de los vidrios de las ventanas y ver un día entre nieblas, un sol que no calienta, una luna de aspecto hepatítico,... una ciudad borrosa. Por suerte no tenemos ahora aquella crisis energética, aunque por ser unos pocos los servicios son mucho más caros que antes de que el humo denso se metiera entre nosotros. No sé si estamos más encerrados que antes. Seguimos comunicándonos por Chat y conversando. Organizamos encuentros, pero no ya en restoranes o bares, sino el la casa de alguno, dónde cenamos y miramos películas por cable. Muchos de nosotros todavía tenemos actividades rentables varias, algunos independientes desde antes del humo denso, otros pueden manejarlas desde sus casas; pero está claro que si estamos todavía en la ciudad, es porque podemos, más allá de que queremos hacerlo. No se cuánto más va durar esto. No se si pueda acostumbrarme a vivir de esta manera por el resto de mí vida. Muchos ya me advierten que afuera está bien el aire, y que si puedo hacer lo que hago desde mi casa, bien puedo hacerlo desde cualquier lado dónde el aire sea menos insalubre. Si las entregas a domicilio comienzan a escasear, si cada vez más los costos de aquello que nos comunica con el exterior sigue en aumento, si se pone todo más denso… quizás entonces sea hora de ver la forma de salir y averiguar a dónde ir; y dejar que el humo denso se gane a la ciudad.
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