Mar De Fondo: Voz estival

viernes

Voz estival



Está bien, todavía estoy medio dormida y siento tus últimas palabras jamás dichas en mi oído. Me sonrío tontamente, como solo yo puedo hacerlo. Tu sonrisa complacida hace más dulces mis sueños. Termino de despertar y ya no me quedan ganas de soñarte, sino más bien de concretarte. Hago tiempo, hago un día entero de tiempo, y después hago de varios días una espera vanidosa. Yo te quiero a mí manera y lo sabés. Me quita el alma tener que especular. No sirvo para este tipo de cosas. Tomo carrera y decido apurar el trago amargo de una posible negativa por parte tuya. Vas a reírte eternamente de mí, como yo me río de mí, como suelo no reírme cuando me lo cuentan. Siento que mi sentido del humor se fue por la cloaca junto con la seguridad y las ganas de ser aceptada y amada. Los intelectos perspicaces afirman que en momentos como estos decimos “mentime que me gusta”. Las miradas sarcásticas se apoyan en la intelectual verdad que levanta el dedo como una forma de crítica constructiva, como una humorada, y no es más que bilis derramada, solapada verborrea apalabrada que no comprende que a veces menos es más; y que callar, otorga.
Yo estoy algo feliz queriéndote un poco. Pedime otra vez que me controle, pedime que me cuide. Reite de mis tonterías y seguí sin leer lo que escribo. Bajo tus pestañas de mirada oscura y oculta el mar se oscurece de asombro. Subí los hombros. Hace caso omiso a mis ataques de melodramatismo sin hacerme sentir inferior. Seguí con tus ironías vitales y dejá de decirme que me conforme con mi cuerpo, no…mejor eso no. Vos seguí. Seguí intentando convencerme que sos la mejor opción que yo pueda tener, eso es lo único que te mantiene vivo en mí, eso te hace único. Pueden decir que vivís mintiéndome, puedo llorar amargamente una noche de borrachera solitaria incriminándome por pertenecerte de esta manera momentánea. No solo la piel te hace parte de mi piel, está un tanto más allá de eso, no se cuanto más allá, no necesito saber. Esa es la diferencia: con vos, no necesito saber, no necesito entender. Definitivamente no te entiendo, pero vos sabelo: con un solo beso a tiempo todo se desvanece. Dejame un par de besos en la mesita de luz para tener por las noches, así no tengo que andar llamándote para decirte que te extraño un poco, mentir ansiedad, mentir urgencia, y darte el gusto, ese gusto que me hace sentir menos que más, que te hace sentir un poco más que menos. Dejame un gesto sincero que se parezcan a esos besos que siempre parece que me estás por dar, o dejame dormir para siempre.

2 comentarios:

Marcela, de Mujeres de 40 y más! dijo...

Marce,
Esto que escribiste es lindísimo...¡quién no ha pensado esas cosas por favor!

Muy bueno de verdad, me en-can-tó!

Un beso grande para vos.

Marcela dijo...

Marcela querida, muchas gracias!
Te dejo besos

Mar