La puta literaria vs. La honestidad intelectual
- Córtale esto, sácale las palabras difíciles… esas que pusiste; a los lectores no les gusta andar con el diccionario en la mano cuando leen. Mucho menos ese encadenado de preposiciones incluidas, se hace difícil de leer, por más que la puntuación esté bien, una oración tan extensa… y ese comentario… ¿para que herir susceptibilidades?
Mi vista fija en el texto; y la de él, en mí. Si hago todo eso me convierto en una puta, en una reverenda puta literaria. Tal vez él tenga razón, seguramente la tiene… Eso no implica que tenga que someterme a la hipocresía del intelecto, no es grave más que para mí… pero no hay nada peor que acostumbrarse al mal. No está bien vender las ideas en pos de la comodidad de alguien más. ¿Qué pasaría si sólo tuviéramos que leer lo que fue escrito, de la manera en que fue escrito? Tendríamos que pensar un poco más, esforzarnos un poco más, interesarnos por saber, porque el grado de exigencia aumentaría. Definitivamente estoy de acuerdo con eso: no le tengo miedo a que un texto exija de mí lo que todavía no puedo darle. Eso pasa también con las personas, a veces uno sabe que no está a la altura de alguien, y sin embargo, con los textos uno siempre puede retornar a ellos en algún otro instante de la vida; los textos, el arte, la música, permanecen igual, pero con las personas no pasa eso… porque cuando seamos futuro, y hayamos cambiado, seguramente el otro también cambió para entonces. Entonces… Termino haciendo lo que la mayoría (ampararse en la idea de mayoría, para justificar una acción, siempre me dio un sabor amargo en la boca): Intento negociar. Ya no soy un escritor, parezco periodista. Entiéndase, no me gusta ni me disgusta, las realidades son cómo son, pero no es mi ideal ser otra cosa que no sea escritor. Decidir donde uno mejor encaja es parte de conocerse. Si tengo problemas con la autoridad ¿Para qué hacerme policía, no? Claro, hay que comer, no se vive del aire, las cuentas hay que pagarlas, etc. Pero llegué hasta acá liberándome de toda atadura posible, relegando algunas cosas, haciéndole frente a la soledad, construyendo el mundo a mi alrededor para que las circunstancias no sean las que me hagan tomar decisiones como estas, sino para no tener excusas a la hora de decidir sobre mis ideas; para que ahora me diga que “puta literaria” es una exageración de mi parte. Y que sentirme una actriz que para lograr un papel tiene que mirar demasiado de cerca la cremallera del pantalón de un productor, no es una comparación válida. Lo siento cariño, mi mente funciona con ese tipo de metáforas. Las palabras se quedan. Puedo cambiar de género, puedo acortar el texto, hacerlo más conciso, menos ambiguo, poner las tildes y las comas donde corresponde (que para eso está el corrector), intentar una “gramática más normativa”, aceptar que algunos términos pueden cambiarse por otros cuya significación sea más exacta (se agradecen ese tipo de comentarios), pero “bajarle el grado de dificultad” (?)... ¿“evitar decir”? Me niego a ser prostituida.
Ahora me vienen a la mente las palabras de un periodista de investigación (hombre serio, si los hay): “Un hombre que no dice lo que siente, es poco hombre”, el mismo que me decía con una sonrisa:
-¿A vos no te caen muy bien mis colegas, no?... Ahora te respondo:
-Puede ser, pero vos siempre me caíste bien. Debe ser que tenés poco de “puta literaria” en la vida, aunque en la letra… vivís negociando tus ideas. Pero como con vos vivo y no tengo que leerte (como jamás vos te dignaste a leerme, gracias a Dios) nunca fue un inconveniente lo que hagas con tus escritos.
Mi vista fija en el texto; y la de él, en mí. Si hago todo eso me convierto en una puta, en una reverenda puta literaria. Tal vez él tenga razón, seguramente la tiene… Eso no implica que tenga que someterme a la hipocresía del intelecto, no es grave más que para mí… pero no hay nada peor que acostumbrarse al mal. No está bien vender las ideas en pos de la comodidad de alguien más. ¿Qué pasaría si sólo tuviéramos que leer lo que fue escrito, de la manera en que fue escrito? Tendríamos que pensar un poco más, esforzarnos un poco más, interesarnos por saber, porque el grado de exigencia aumentaría. Definitivamente estoy de acuerdo con eso: no le tengo miedo a que un texto exija de mí lo que todavía no puedo darle. Eso pasa también con las personas, a veces uno sabe que no está a la altura de alguien, y sin embargo, con los textos uno siempre puede retornar a ellos en algún otro instante de la vida; los textos, el arte, la música, permanecen igual, pero con las personas no pasa eso… porque cuando seamos futuro, y hayamos cambiado, seguramente el otro también cambió para entonces. Entonces… Termino haciendo lo que la mayoría (ampararse en la idea de mayoría, para justificar una acción, siempre me dio un sabor amargo en la boca): Intento negociar. Ya no soy un escritor, parezco periodista. Entiéndase, no me gusta ni me disgusta, las realidades son cómo son, pero no es mi ideal ser otra cosa que no sea escritor. Decidir donde uno mejor encaja es parte de conocerse. Si tengo problemas con la autoridad ¿Para qué hacerme policía, no? Claro, hay que comer, no se vive del aire, las cuentas hay que pagarlas, etc. Pero llegué hasta acá liberándome de toda atadura posible, relegando algunas cosas, haciéndole frente a la soledad, construyendo el mundo a mi alrededor para que las circunstancias no sean las que me hagan tomar decisiones como estas, sino para no tener excusas a la hora de decidir sobre mis ideas; para que ahora me diga que “puta literaria” es una exageración de mi parte. Y que sentirme una actriz que para lograr un papel tiene que mirar demasiado de cerca la cremallera del pantalón de un productor, no es una comparación válida. Lo siento cariño, mi mente funciona con ese tipo de metáforas. Las palabras se quedan. Puedo cambiar de género, puedo acortar el texto, hacerlo más conciso, menos ambiguo, poner las tildes y las comas donde corresponde (que para eso está el corrector), intentar una “gramática más normativa”, aceptar que algunos términos pueden cambiarse por otros cuya significación sea más exacta (se agradecen ese tipo de comentarios), pero “bajarle el grado de dificultad” (?)... ¿“evitar decir”? Me niego a ser prostituida.
Ahora me vienen a la mente las palabras de un periodista de investigación (hombre serio, si los hay): “Un hombre que no dice lo que siente, es poco hombre”, el mismo que me decía con una sonrisa:
-¿A vos no te caen muy bien mis colegas, no?... Ahora te respondo:
-Puede ser, pero vos siempre me caíste bien. Debe ser que tenés poco de “puta literaria” en la vida, aunque en la letra… vivís negociando tus ideas. Pero como con vos vivo y no tengo que leerte (como jamás vos te dignaste a leerme, gracias a Dios) nunca fue un inconveniente lo que hagas con tus escritos.
“La mayoría de la gente con la que convivo no lee lo que escribo,
la mayoría de la gente que lee lo que escribo cree conocerme…
soy ambas cosas y ninguna.
El todo es más que la suma de las partes.”
.
15 comentarios:
Creo que el que tiene ganas de leerte, lo hará y punto.Sin importar lo digicil o fácil que sea.
En palabras eso es demasiado solucionable pero lo veo cierto eso de las personas a veces es demasiado relativo, confuso e incierto.
En fin saludos
Mi otro yo:
a veces se tarda todo un escrito en decir una idea simple y fuiste al punto.
A veces poniendo las ideas en contexto se entiende. Es cierto con las personas la cosa es diferente.
Gracias por pasar
gracias por pasar por mi blog, sabes... ese poema de Pessoa es precioso. Me quedo por aquí
De nada niña...
Pessoa es la escencia del "saudade" que mar de fondo intenta entender y explicar.
Gracias por visitarme.
Vengo del blog qe compartimos, en este momento que me concedo unos minutos.Y te leo, te leo.Y me encanta este , no desdoblamiento que haces en el texto, sino como lo vas comvirtiendo en un diálogo de yo a yo sin premisas n dogmas,,,¿Pessoa? era masón y sabio...
Un beso
No se porque muchas mujeres necesitamos enojarnos para decir la verdad bien dicha, a mi me pasa lo mismo, me dicen que cuando estoy enojada es cuando mejor actúo, quizá ya lo hago con la decisión certera de que así debe ser, pero, por qué esperar a ello? No se, no se.Buena música en tu blog.
"Ya no soy un escritor".
En femenino amiga, escritora, algunos le llaman lenguaje sexista, para mi es importante el género porque, además, las escritoras en tiempos pasados y no se si ahora han sido marginadas por hombres escritores, algunas hasta tuvieron que ponerse seudónimos masculinos, te acuerdas? Me gustó muchísimo el texto y eso que no te conozco.
Ana r:
Me alegra que te guste. Es un poco un díalogo interno.
Pessoa...filósofo, escritor, ¿no?
y con muchos seudónimos.
María de Lordes:
A veces cuando uno se enoja, se pone firme en sus convicciones, y las ideas se aclaran hasta acomodarse.
Sobre "escritor" muchos me lo han criticado, pero lamentablemente en español (nos guste o no) cuando un sustantivo se quiere usar en su forma neutra, se debe usar el masculino. "Putear" o ser “puta literaria” es algo que Hemingway le dice a Scout Fitzgeral en “París era una fiesta” cuando le dice que reforma sus cuentos para que una revista se los publique. Yo se lo robé a un escritor latino, que decía eso sobre sí mismo. Por ahí la cosa está en pensar, que si escribo “puta” hablo de una mujer… pero “puto literario” no es lo mismo ¿no? Je!
Saludos y gracias por pasar.
bueno, qué blog lleno de mundos y mundos
te dejo saludos y ya seguiré pasando seguido por acá
besotes
Ladani:
Gracias por pasar.
Besos
Alguna vez me preguntaron que opino de algún texto. Y en mi respuesta yo le puse "yo quitaría eso, cambiaría lo otro, simplicaría algunos términos, etc." pero claro, hablaba de si yo lo hubiese escrito y no la otra persona. Como sea, para mi un texto tiene que ser más o menos fiel con quien lo escribe, y quien lo escribe también tiene que ser más o menos fiel con el texto. Resumiendo, es como un matrimonio o una relación de pareja ¿no? ¿A qué voy con esto? A que hay gente que simplemente escribe "difícil" para llamar la atención y utiliza palabras "difíciles" que dentro de todo el contexto quedan desubicadísimas. Como forzadas, tanto sea dentro del texto como fuera, porque la persona no tiene un dominio habitual de ciertos términos en su vida, y cuando eso pasa, se nota clarísimo en una frase escrita.
En lo demás estoy absolutamente de acuerdo. Pero claro, uno puede prostituirse simplemente para parecer más "intelectual" o más "difícil" también. ¿No?
BN:
Es cierto, la “prostitución literaria” puede tener muchas formas, una de ellas es publicar “lo que puede ser leído”, o lo que se sabe que va atraer más “trafico”, o va a ser más “exitoso”, en vez de intentar publicar lo que uno escribe, sea lo que sea que se escriba.
Sobre escribir “difícil” es un detalle que sólo fue funcional al texto, ya que debo decir que lo que describo no es algo que me haya pasado personalmente, por suerte (Se me han quejado por otras cuestiones jeje)
A mí también me han preguntado que opino sobre un texto, creo que desde el punto de vista de alguien que considera que uno está en el mismo tema, imagino que tiene que ver con el “interlocutor legítimo” que uno busca (porque Mamita, siempre va a decir que lo que escribo es lindo, ji).
Como decís, las palabras “difíciles” (léase: de uso poco habitual) quedan mal en un contexto que no les corresponde, porque no reflejan su significado. También, la única manera de ampliar el vocabulario -empezar a transitar por términos poco conocidos- es usándolos lo más posible ¿no?
Gracias por pasar, me gusta mucho tu blog.
Saludos,
Mar
Jejeje, por cierto, me odiaron en mi respuesta sobre que opinaba del texto y nunca más me hablaron después de eso. No sé para que me preguntaron. Esa persona siguió preguntandole a su madre (esta historia es literal!), que opinaba que eran textos dignos de Goethe y Cervantes.
Estoy de acuerdo en que el uso de ciertos términos es la forma más práctica para comenzar a aplicarlos más seguido. Yo me refería tal vez a las personas que intentan ser lo que no son, no con un fin de creación o experimentación, simplemente con un fin de apariencia. Parecer más "algo" aplicando palabras que hasta desconocen o que yo juraría que ubican en un diccionario para después escribirlas, simplemente para parecer más elocuentes, cultos o quien sabe qué.
De todas formas, no critico el hecho de querer mejorar.
bah
Ya me perdí...
¿Se habrá entendido algo?
e.
pd: gracias por la visita ¿cómo habrás caído en BN?
BN:
Andaba mirando algunos apuntes sobre vicios [No… no esos, los de dicción y construcción ;-) ¿Sííí?], y me pareció simpático (ya que hablamos de el tema) proponer un término adecuado: “impropiedad”: usar un término con un significado distinto del que tiene, lo que hace que claramente quede fuera de contexto, o dicho en términos estrictamente académicos: queda como chupete en le culo.
La otra posibilidad es el “Pleonasmo”: sobreabundancia/exageración. Emplear en la oración uno o más vocablos innecesarios. Redundancia viciosa de palabras. Que es más o menos lo mismo que decir “Redundancia” (pero pleonasmo suena re-culto ¿E´tendés gordii?)
Igualmente hay un término exacto para definir a las personas que usan términos fuera de lo común para aparentar un conocimiento del que carecen…pero no puedo acordarme….Si sólo en el diccionario se pudiera poner la definición y obtener la palabra… ¿no?
Sobre el (susodicho) que le preguntó: Diría que fue valiente como para preguntar, pero cobarde como para escuchar la respuesta…Todo un problema ¿no?
¿Cómo caí en BN? Sinceramente no recuerdo, pero hace rato que “le vengo leyendo”.
Aparte me gustó la estética general del blog.
Entre nos: la burocracia mental es parte actuante en esta cuestión de tratar de definir con palabras lo indefinible, o sea los sentimientos. Me gustó la idea, creo yo.
Saludos
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