Bitácora. Seguir navegando
La libertad no es algo fácil de lograr, no en su totalidad. A veces las partes que forman un todo, tampoco son plausibles de ser liberadas del todo. El egoísmo ajeno impera en las comodidades apoltronadas tras años de amansamiento.
No hay voluta, ni trago que arregle eso. Ni mareo de tierra, ni la mas fastuosa de las fiestas.
Verdad y Liberad son un espacio en la mente que viene con uno, no se inventa, ni se crea.
Es como la sensación del amanecer naranja con olor a limpio despojado, a pureza real, sin aditamentos.
Volver a la mar es algo certero. La metáfora perfecta.
Nada carece aquí, nada apetece codiciosa-mente.
Una doble mentira es como una superposición de palabras, un mismo texto iterado hasta el hartazgo; y la verdad siempre me llaga las orillas, y la inmensidad siempre le queda chica a semejantes que no perecen ser de la misma especie.
Navego por que conozco las cartas náuticas; no es azar ni riesgo; confieso una curiosidad sobre experiencias antropológicas que recalan en llantos que a veces ruegan por una guadaña misericordiosa; y eso también llegará en su momento. Vendrá a mí. Como todo viene.
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