Criatura al sol
el lobo le grita a la luna que baje y se lo lleve.
Una ventana por la que intenta recuperar una parte de si que dejo atrás pero lo persigue indefectiblemente en cada traspié que le perdonan.
No deja de ser quien prometió no volver a ser.
No deja de reincidir en hacer.
No deja.
La adrenalina le fluye agolpándosele en las extremidades bajas; la sola idea de recuperar ese momento, donde galopa entre las palabras emotivamente cargadas, de todas esas mentes formadas por diferentes ideas, ya le produce la adicción que siempre tuvo, no a eso, no a lo que aparenta; sino al vértigo.
Busca encontrar. Intenta hallar. Quiere querer. Y tras la gana queda el deseo, y tras el deseo la necesidad. El biombo lo preserva en parte, de lo que solo un rastro queda en las grafías que lo decoran.
Tiene miedo, por eso se esconde y hace la plancha sobre las superficies que aprendió a manejar mejor, así se siente seguro de no estar engañando a nadie, no hacerle el daño del que se sabe capaz; no porque sienta que hace daño, sino por que el afuera le devuelve un pago de lágrimas por dejarse ser.
Tristemente observo como se sigue arrastrando tras las migajas de amor que no puede obtener de quien ama. Logrará preguntarse tarde o temprano ¿que es el amor realmente?
Ojos que no ven, tras un corazón al que no le alcanza con que puede obtener, no se cree lo suficiente para reclamar lo que le pertenece por derecho, y en ese inacabado placer; que es un resquicio en la mente; se estremece oculto, buscando otra vez la piedra que lo horade, sin encontrar lo que viene a buscar en cada una de las partes femeninas; los pedazos de esa mujer diseminada en las palabras que elabora poéticamente en su mente. La ama, a ella, a la que no existe. Ansia, desea, necesita, y como un niño recién nacido siente la molestia y no encuentra la causa.
Síntomas: “me pica, me rasco” rumia, y sonríe en la picardía que se le antoja una travesura infantil. Pero no es niño, no es adolescente, ni es adulto; es lo que devino, lo que pudo, lo que puede; y entonces, con estos, mis pensamientos, (meciéndose adormecido como siempre vivió en un lugar de mi mente), se justifica adecuadamente, y se ufana de salir airoso de todo lo malo que la vida le pone delante. “Soy un sobreviviente”, se dice a si mismo.
Una, intenta olvidar la sarcástica mentira .La otra perdona; aquella hace caso omiso a las evidencias y busca a la zorra. Y esa, se mese impasible, abierta a las posibilidades (y por si acaso, de piernas).
Busca desesperado, con las horas a su favor, que se le escurren de las manos improductivas de vida concreta; vida que en algún lugar le resulta adecuada, comprensible y tediosa.
Una canción le suena en la cabeza que revolea en camino a los metros que separan su actividad de su doble vida amorosa.
Entonces sueña, que tiene una vida común, que en la calle hay sol, que las imágenes de la locura son el sueño, un recuerdo fugaz de una época sobre la cual cree haber tomado la determinación de dejar atrás; y en la calle soleada la sombra lo persigue, el sol es un agujero, y está seguro que conoce los dos lados del espejo a su manera, que eso (ese) otro, es tan real como su mano, como su pie.
Tan triste, mi mirada lo sigue calle abajo. Corriendo detrás de su propia sombra, coloreando los días con pegotes, pedacitos de vida que suma de a poco, y mientras todo no vuelva a estallar, todo estará bien, y repiquetea los miembros que siempre quisieron vivir, y esas manos que siempre quisieron crear.
No hay moral, no hay otro real, no hay sujetos, todos son objetos.
La calle sube hasta la puerta que se esconde. Soy esto, soy aquello, brindo esta fantasía a cambio de un poco de lagrimas, tal vez…tal vez…y puede ser que esta vez no suceda, que esta sea la que me saque el miedo, la que me saque de acá y me ponga allá y hasta por ahí hasta me animo y todo, y me arrimo del todo.
Y quien no comprende no importa ya. Dice:“igual se tendrían que sentir contentos de ser un excelente recuerdo para mi, si hasta tendrían que sentir orgullo de alguna manera, tal vez un día se vean reflejados en alguna creación, en algo importante, en algo reconocido”. Y ahí estará ella; que siempre me lo perdona todo, complacida en el fruto de mi éxito, la única merecedora de los cadáveres que tendí, de las palabras que mentí, de los esfuerzos que hice, y de algunas barbaridades, solo por el hecho de que jamás me dejo ni a sol ni a sombra.
Y el resto….el resto es historia.
Y siempre va a despertar en la sometida calidez, en el arrullo de mamá-papá secándole la fiebre de la frente y repitiéndole que está todo bien, que siempre todo estará bien; mientras se tengan el uno al otro; mientras, aunque se dejen no se abandonen.
Bajando, al final de la calle, la luz se desvanece en el agua, y la verdad con ella.
2 comentarios:
monotonía, "Y el resto….el resto es historia"
resume la existencia de muchos seres humanos (y no tan humanos)
Digler:
Todos somos humanos, algunos más "conscientes" que otros... algunos viven es estado de Inconsciencia ¿no le parece?
No es cuestion de Juzgar, ni criticar, sino que ciertas verdades floten, tambien para entender que nadie es perfecto.
Le agradezco que me visite
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