Bitácora
13 de abril de 2006. (Semana Santa. Día 1)
Parto otra vez. Como timonel de puerto en puerto.
Las reuniones quedaron atrás. El viejo capitán quedo en darme alcance.
Mientras, trato de encontrar un cementerio de barcos del que oí hablar, tal vez encuentre los restos de algo familiar, aproveche estás fechas, y pida por un alma que no conocí.
Yendo hacia la marca, el viento me obliga a un través. Voy solo con la Mayor, aprovecho a perfeccionar mi técnica de trimado. No así con el timón, que siempre sostuve a mi manera, criticada por cierto, pero efectiva: De pie, apoyo la espalda en el stay popel, pongo el ojo en la proa y me adelanto a las orzadas de este patacón, dando golpes de muslo interno. Sin mirar demasiado el compás. Suelo no desviarme ni un grado.
Buenos chocolates, tinto agradable y unos dineros que me debían.
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