¡MadreDeDios!
¿Te pensás morir mañana? Le volví a preguntar como una manera de cortar con el melodrama habitual que se imponía cada vez que se decide a viajar. Mi madre (¡madrededios!) tuvo siempre la costumbre de prepararme para lo peor.
-¡Ay, no nena! Que cosas… me voy unos días
-¿Entonces? Porque hacés como si nunca fueras a volver. ¿No pensaste que es mucho para mí, cada vez que te rajás por placer, pensar que no vas a volver?
-No… no es eso, quiero que estés preparada…
-Se parece a eso de “cambiate la bombacha a ver si te pasa algo en la calle y te tiene que revisar un médico” Decime, si uno tiene un accidente ¿te atiende un ginecólogo?
-Con vos no se puede hablar…
-Me queda claro
-Bue, detrás del armario de la antesala hay un sobre con las escrituras...
-Ya lo se…
-Y hay una copia de las llaves...
-En mi casa ¡madrededios! ¿Dónde más si no? ¿tenés otra hija? Ya se… las plantas
-No, esta vez las plantas no. Con tu padre compramos un regador automático para las plantas del balcón.
-Bien. Que conveniente. Un problema menos.
-¡Esta buenísimo! Igual si querés venir no hay problema, si estás aburrida o algo acá tenés de todo.
-Ya se.
-Creo que salgo a la madrugada,
-Se
-O por ahí al medio día… depende de a que hora nos levantemos. Cuando llego allá te llamo, o te voy llamando…
-Má, no te vas a Africa un mes, te vas a la costa menos de 15 días… son 5 horas de viaje.
-Bueno… pero me voy… es por las dudas… a ver si estás bien.
-Voy a estar bien, no me lechucees la vida, no me pienso quebrar nada mientras no estés. Tampoco pienso adquirir una enfermedad letal en el ínterin.
-Ay nena! Que exagerada
-¿YO? ¡Madrededios!
-Bue… ´cuchame… cualquier cosita que pase lo llamás a…
-…a tu abogado, ya se. Y si se mueren lucho a capa y espada contra los enemigos que van a venir como buitres a reclamarme lo que no les corresponde.
-Bue´ nena… ¿Querés que te traiga algo?
-No, no hace falta. Gracias.
-Te traigo unos alfajores entonces.
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