N O X A
Podría ser algo que corroe, pero en realidad corrompe, hace mella en la realidad aparente, anida, se incrusta. No saca de quicio, más bien lo contrario. Infecta lenta, pausada y seguramente. En parte anestesia, en parte alucinación. Eso que se escurre partiendo de los ojos desciende hasta la glotis endureciéndose mientras los ojos ven, los oídos escuchan, las manos tocan, la nariz huele… y se ve y no se ve lo visto, y se escucha y no se escucha lo oído, y se toca y no se toca lo palpado, y se huele y no se huele lo olido. Más hondo, más profundo, más cálido y más frío… más y más cómodo. El afuera queda al alcance de las manos, los brazos no van mucho muy allá, se quedan acá. Lo que genera risa sigue haciéndolo y cuando el estímulo cesa el moqueo sigue ahí, como las gripes siguen su curso, como los resfriados tienen su proceso, como los virus persisten, y a diferencia de las bacterias, se puede contra sus síntomas pero no contra su vida dentro del torrente. Terriblemente persistente a veces sus efectos se diluyen. Son el sueño al final de esta noche pero sus efectos infectan el día por venir si logró hacer activa la acción durante su efecto. Queda la esperanza del día nuevo, porque mañana será otro día ¿No?
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