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Me pareció una anacronía inefable. Estabas sentado describiendo, con tu habitual rostro de “soy objetivo”, un tema que poco tiene que ver con la realidad actual (conste que la actualidad es lo de menos). Sentí que aquél respeto que había construido por tus pensamientos, por tu trabajo incisivo, investigativo, por tu compromiso se desvanecía con cada gesto, con cada palabra… Sentí pena por los dos, sentí una cierta alegría por mí (no por tu situación, está claro) porque quizás nunca sabrías que me estabas ayudando a dejarte atrás a pasos agigantados, que estabas cooperando a terminar de cortar un cordón que yo ya había tomado la decisión de empezar a roer como me fuera posible. No, no puedo agradecerte, eso sería demasiado para alguien que es inconsciente de mis procesos (al fin siempre fuiste un poco ajeno, a pesar de saber lo que estaba sintiendo en determinados momentos). Presentí que algo inusual te estaba pasando, pero no me detuve mucho en eso ya que eso no tiene que ver conmigo ahora ¿Ya no tengo que preocuparme por vos o por tu imagen, no?
Alguien me dijo, hace rato, que hacia el amor hay una escalera, cuyos escalones con el respeto y la admiración. Nunca dudé de esa afirmación, alguien había puesto en palabras algo que yo sabía que sentía desde siempre. Si ahora puedo decir de donde parte el desamor, debería decir que uno de sus puertos de partida es la perdida de la admiración por el otro. No es solamente esa caída de la imagen del otro cuando el enamoramiento se desvanece (eso es más fácil) es saber que esas posturas ante la vida, ante lo cotidiano, ante el pensamiento ahora dejan de asombrar, dejan de causar admiración y respeto.
Te vi de otra forma. Te vi menos. Te vi menos de lo que supe que era tu máximo potencial. Te vi ceder. Te vi débil. Te vi haciendo lo que siempre pensé que nunca te vería hacer. Y entonces entendí lo que era que alguien se te muriera por dentro.
No hay nada que pueda hacer para remediar eso. No hay nada que quiera hacer para remediarlo.
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2 comentarios:
Pregunta... ¿comenzaste vos tu peregrinaje hacia el desamor, bajando uno a uno los escalones que habías subido? ¿La persona fue siempre igual y vos cambiaste, o la persona fue cambiando y vos igual?
Saludos...
Estimado Erb:
Me dejaste pensando un largo rato, con una sonrisa en la boca: Hacía rato que nadie me formulaba preguntas interesantes.
Creo que es uno el que cambia solo por el hecho de que uno vive en uno, y uno no puede vivir en el otro. ¿Cómo definir si esos cambios que uno ve en el otro no fueron influidos acaso por los cambios propios? ¿Cómo saber que no solo uno cambia constantemente sino que en parte los escalones que subió fue por lo que se quiso ver y no por lo que en realidad había? Las preguntas son miles, para mi las preguntas nunca terminan, pero al fin entiendo que cuando uno cae en la cuenta de un hecho consumado, o más bien en la toma de consciencia de un sentimiento que es presente, no hay mucho más que relatar algunos hechos, sacar algunas conclusiones y quedarse con muchas preguntas y suposiciones.
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