Mar De Fondo: Justo…

jueves

Justo…




No, no te extrañaba como otras veces, pero me sorprendiste. No es común sorprenderme. Estas extrañando ¿a quién? Estoy al alcance de tu mano. Después de tanto tiempo ya no necesito negarme por cuestiones de vanidad. Me decís que me andás extrañando y yo te creo. ¿Qué más necesita un alma que ser necesitada por amor? Creo que por primera vez te digo que no, el tiempo pasa hasta para vos y yo, hasta para nosotros. Hace rato que elegiste no considerarme al tope de tu lista de prioridades, sólo fui yo quien no pudo verlo; ya sabés, el amor es ciego. Recuerdo haber considerado que no podría nunca amar a alguien como yo te amé a vos. Todavía te amo, no te equivoques, es sólo que ahora… no, no te reemplacé por alguien más, no sería ni justo ni inteligente. Es que ya no tengo esa necesidad de arrastrarme a tus pies porque considero que es tu amor la única forma de amor. Vos me otorgaste el aire suficiente como para que se me pase un poco la necesidad imperiosa de tu voz, de tu presencia.
Uno no deja de amar cuando el amor es real, pero se puede aprender. Aprender a cuidarse, aprender a querer a otras personas que te ven de ángulos diferentes, aunque no sean los esperados. Aprender. Se puede aprender, se puede desaprender, se pueden andar caminos, se puede desandarlos en la mente y volver a ciertos puntos donde uno aún poseía cierta capacidad de decidir y sumarle a eso el conocimiento actual. Siempre nos amaremos. Pero el amor –siempre supimos-, el amor es otra cosa.

2 comentarios:

mi otro yo dijo...

Extrañar, yo estoy extrañando y jurando no amar así nunca más. Aunque creo que nunca se ama igual.


Saludos

Marcela dijo...

Mi Otro yo:
Por suerte nunca se ama igual... también por desgracia, pero ¿te digo algo? a mi eso de "jurar nunca más" no me funcionó hasta ahora, je.

Saludos,

Mar