Mar De Fondo: Dhammapada, Buda

viernes

Dhammapada, Buda

“Hay dolores que no disminuyen ni con químicos ni con reposo.
Hay contentos que están más allá del dolor físico”


I: Pareados
1. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey...
2. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.

II: Vigilancia
23. Aquel que medita constantemente y persevera, se libera de las ataduras y obtiene el Nibbana, la paz suprema.
29. Atento entre los inatentos, plenamente despierto entre los dormidos, el sabio avanza como un corcel de carreras que se adelanta a un rocín.

III: La Mente
33. Esta mente voluble e inestable, tan difícil de gobernar, la endereza el sabio como el arquero la flecha.
34. Esta mente tiembla como un pez cuando lo sacas del agua y lo dejas caer sobre la arena. Por ello, hay que abandonar el campo de las pasiones.
35. Es bueno controlar la mente: difícil de dominar, voluble y tendente a posarse allí donde le place. Una mente controlada conduce a la felicidad.
36. La mente es muy difícil de percibir, extremadamente sutil, y vuela tras sus fantasías. El sabio la controla. Una mente controlada lleva a la felicidad.

IV: Flores
44. ¿Quién comprenderá esta tierra y el terreno de Yama y este mundo de los devas? ¿Quién investigará el bendito Camino de la Virtud como el experto que selecciona las mejores flores?
52. Igual que una flor bella y de brillante color, y asimismo rebosante de perfume, son de fructíferas las buenas palabras de quien las pone en práctica.
54. El perfume de las flores no se propaga contra el viento, como tampoco la fragancia de la madera del sándalo, del rododendro o del jazmín, pero la fragancia del virtuoso se esparce contra el viento. La del hombre virtuoso se expande en todas las direcciones.

V: Necios
60. Larga es la noche para aquel que está despierto. Largo es el camino para el viajero cansado. Larga es la existencia repetida para los necios que no conocen la verdad.
61. Si un hombre busca y no puede encontrar alguien que es mejor o igual que él, que prosiga reciamente la senda de la vida. No puede haber amistad con un necio.
62. "Tengo hijos, tengo riqueza", así contabiliza el necio en su mente. Pero él mismo no se pertenece. ¡Cuánto menos los hijos y la riqueza!
63. Un necio consciente de su necedad es por tal razón un hombre sabio, pero el necio que piensa que es un sabio es verdaderamente un necio.
64. Aun si toda su vida un necio se asocia con un sabio, no comprenderá la Enseñanza, igual que la cuchara nunca podrá discernir el sabor de la sopa.
65. Si un hombre inteligente se asocia con uno sabio, aunque sólo sea por un momento, rápidamente comprenderá la Enseñanza, como la lengua capta el sabor de la sopa.
74. “Esto he hecho: !que lo sepan los laicos y los monjes! ¡Que se siga mi voluntad en lo que ha de hacerse y en lo que no ha de hacerse!”. Así es la ambición de este necio, aumentando sus deseos y su orgullo (engreimiento).
75. Un es el sendero del éxito; y el otro el que lleva al Nibbana. Comprendiéndolo, los estudiosos de Buda, no deberían complacerse en verse llenos de honores, sino que deberían cultivar el desapego.

VI: El Sabio
76. Si uno encuentra un hombre sabio, quien como un descubridor de tesoros te señala tus defectos y te llama la atención sobre los mismos, debe asociarse con tal persona. Uno irá bien y no mal en la compañía de esta persona.
78. No os asociéis con amigos mezquinos; no mantengáis la compañía de hombres innobles. Asociaos con amigos nobles; conservad la compañía de los mejores entre los hombres.
80. Los que riegan, canalizan el agua; los arqueros enderezan la flecha; los carpinteros tallan la madera; los sabios se disciplinan.
81. Como una sólida roca no se mueve con el viento, así el sabio permanece imperturbado ante la calumnia y el halago.
82. Como un lago profundo es transparente y tranquilo, así se vuelven los sabios al escuchar la Enseñanza.
89. Aquellos que perfeccionan sus mentes en “brazos de la Iluminación”*, sin ataduras, deleitándose en el abandono de la avidez, esos, libres de toda compulsión, esclarecidos, alcanzan el Nibbana incluso en este mundo.

*Los “brazos de la Iluminación son 7: Recogimiento; examen de las realidades; diligencia; gozo; tranquilidad; concentración; ecuanimidad.

VII: El Justo
96. Su mente es tranquila, tranquila es su palabra y tranquilos sus actos para quien está liberado a través del conocimiento perfecto, residiendo firme y en paz.
97. El hombre que no es crédulo, que ha comprendido lo Increado, que ha cortado sus ataduras, se ha liberado del azar y ha erradicado los deseos, ese hombre es el hombre supremo.

VIII: Miles
100. Mejor que mil disertaciones, mejor que un mero revoltijo de palabras sin significado, es una frase sensata, al escuchar la cual uno se calma.
101. Mejor que mil versos de palabras inútiles, es uno con una simple y beneficiosa línea que al escucharla uno se serene.
102. Mejor es una simple palabra de la Doctrina [que pacifica al que la oye] que cien versos de innumerables palabras.
113. Un solo día de la vida de una persona que comprenda cómo todas las cosas surgen y se desvanecen (transitoriedad), vale más que cien años de la vida de una persona que no comprende cómo las cosas surgen y se desvanecen.
114. Un solo día de la vida de una persona que vea el Estado Inmortal vale más que cien días de la vida de una persona sin la visión del Estado Inmortal.
115. Un solo día de la vida de una persona que perciba la Verdad Definitiva vale más que cien años de la vida de una persona que no perciba la Sublime Verdad.

IX: El Mal
116. Apresuraos en hacer el bien; refrenad vuestra mente hacia el mal, ya que quienquiera que es lento en hacer el bien, se recrea en el mal.
117. Si un hombre obra mal, que no lo haga una y otra vez, que no se recree en ello. Dolorosa es la acumulación del mal.
125. Quienquiera que hiere a un hombre inocente, puro y sin falta, aquel mal se vuelve contra ese necio, así como el polvo que se ha lanzado contra el viento.

X: Violencia
129. Todos tiemblan ante el castigo. Todos temen la muerte. Si comparamos a los otros con uno mismo, ni mataremos ni provocaremos muerte.
130. Todos temen el castigo; todos aman la vida. Comparándose con los demás, uno no debe matar ni provocar la muerte.
133. No habléis agresivamente con nadie, porque los que atacáis podrán replicaros de igual manera. Las discusiones crean dolor y podréis recibir golpe por golpe.
134. Si permaneces en silencio, como un gong roto, alcanzarás el Nibbana; hallarás la paz.

XI: Vejez
146. ¿Qué risa, qué gozo puede haber cuando siempre se está ardiendo (en las pasiones)? Si estuvierais envueltos en la oscuridad, ¿no buscaríais la luz?
147. Contemplad este bello cuerpo creado por la imaginación, masa de dolores, montón de heridas, trastornado, en el que nada dura, nada persiste.
148. Esta forma material está decrépita, nido de enfermedades, frágil. Esta putrescible masa se destruye. Verdaderamente, la vida acaba en la muerte.
150. Este cuerpo es una ciudadela hecha de huesos cubiertos de carne y sangre en donde se almacenan el envejecimiento y la muerte, el orgullo y el engaño.
153. A través de muchas vidas he errado en el samsara buscando, pero no encontrando al constructor de la casa. Sufrimiento total es este volver y volver a nacer.
154. ¡Oh, constructor de la casa! Ahora te he percibido. No volverás a construir esta casa. Todas las vigas han sido quebradas. Se ha aniquilado el soporte central. Mi mente ha alcanzado lo incondicionado. Habiéndolo alcanzado, representa el fin del apego.

XII: Autocontrol
157. Si uno se aprecia a sí mismo, deberá protegerse bien. El hombre sabio permanece atento en cada una de las tres vigilias.
158. Establézcase primero uno mismo en lo que es apropiado antes de aconsejar a los demás. Actuando de esta manera, el hombre sabio no caerá en desgracia.
163. De fácil ejecución son las cosas nocivas y dañinas. Lo bueno y beneficioso es verdaderamente difícil de hacer.
165. Por uno mismo se hace el mal y uno mismo se contamina. Por uno mismo se deja de hacer el mal y uno mismo se purifica. La pureza y la impureza dependen de uno mismo. Nadie puede purificar a otro.

XIII: El Mundo
167. ¡No persigas cosas mezquinas! ¡No vivas en la negligencia! ¡No actues sobre falsos puntos de vista! ¡No incrementes lo mundano! (samsara).
171. ¡Ven, contempla este mundo adornado como un carro real donde los necios están inmersos! Los que saben no se atan a el.
172. El que antes era necio y después no; ilumina el mundo como la luna ilumina la tierra, liberándose de las nubes.
178. Mejor que el poder sobre todo lo terreno, mejor que habitar en los cielos, mejor que el dominio sobre los vastos mundos, es el fruto del Vencedor de lo Ilusorio.



XIV: El Iluminado
179/180. ¿Por qué camino guiar al sin camino, al iluminado con la percepción infinita, a aquel cuya victoria no se desmerece, cuya victoria no encuentra parangón en el mundo; aquel a quien ningún tramposo anhelo puede atrapar?
182. Raro es el nacimiento como un ser humano. Difícil es la vida de los mortales. Extraño es escuchar la Sublime Enseñanza. Rara es la aparición de los Budas.
185. No reprochar, no hacer ningún daño, practicar la moderación según los preceptos fundamentales, ser moderado en la alimentación, residir en la soledad, aplicarse uno mismo a la concentración mental elevada, tal es la enseñanza de los Budas.
188-189. Conducidos por el miedo, los hombres acuden a muchos refugios, a montañas, bosques, grutas, árboles y temples. Tales, empero, no son refugios seguros. Acudiendo a estos refugios, uno no se libera del dolor.
190-191-192. Pero aquel que toma refugio en el Buda, la Enseñanza y la Orden y contempla las Cuatro Nobles Verdades con certera visión interior (la desgracia, el origen de la desgracia y la llegada de la desgracia; y la óctuple vía que conduce al cese de la desgracia); tal es en realidad el refugio seguro; ése es en verdad el refugio supremo. Recurriendo a este refugio, uno se libera de toda desgracia.

XV: Felicidad
204. La salud es la más alta posesión. El contento es el mayor tesoro. Un amigo de confianza es el mejor pariente. Nibbana es la más alta bendición
207. Quien permanece en compañía de necios se atribula durante mucho tiempo. La asociación con necios es incluso tan penosa como con un enemigo. Feliz es la compañía con un sabio, incluso tanto como el encuentro con un pariente.
208. Si hallas un hombre inteligente, sabio, con conocimiento, consistente, responsable y noble, con un hombre tal, virtuoso e inteligente, debe uno asociarse, como sigue la luna el sendero de las estrellas.

XVI: Apego
210. No identificarse con lo que es agradable ni identificarse con lo que es desagradable; no mirar a lo que es placentero ni a lo que causa displacer, porque en ambos lados hay dolor.
213. Del apego surge el dolor; del apego surge el miedo. Para aquel que está libre de apego ni hay dolor ni mucho menos miedo.

XVII: Ira
221. Uno debe liberarse del odio. Uno debe abandonar el orgullo. Uno debe despojarse de todas las ataduras. El sufrimiento no toma al que controla la mente, el cuerpo y sus pasiones.
223. Conquista al hombre airado mediante el amor; conquista al hombre de mala voluntad mediante la bondad; conquista al avaro mediante la generosidad; conquista al mentiroso mediante la verdad.
227. Es un viejo dicho: “Menosprecian al que permanece en silencio, Menosprecian al que habla mucho y Menosprecian al que habla moderadamente”. No dejan a nadie en el mundo que no se vea menospreciado.
229. La sabiduría brota en aquel que se examina día a día…

XVIII: Impurezas
235. Como una amarillenta hoja eres tú ahora. Los mensajeros de la muerte te esperan. Te hallas en el umbral de la decadencia. ¿Dispones de provisiones?
236. Haz una isla de ti mismo. Esfuérzate enseguida; conviértete en sabio. Purificado de contaminaciones y sin pasiones, penetrarás en el celestial estado de los Nobles.
243. Mas la peor de las faltas es la ignorancia; es la más grande. Abandonando las faltas, permanece sin mancilla
246-247. Cualquiera que destruya la vida, diga mentiras, hurte, vaya en búsqueda de las mujeres de los otros, y sea adicto a los licores y tóxicos, en esta misma vida arrancará su propia raíz (felicidad).
251. No hay fuego como el deseo; no hay atadura como el odio; no hay red como la ilusión; no hay río como la avidez.
253. Fácilmente, las personas ven las faltas en los otros, pero difícilmente en sí mismas. Como paja diseminada al viento, difunde uno las faltas de los otros, mientras esconde las propias como camufla sus dados el hábil jugador.
254. El que ve las faltas de los otros y se irrita, en ese crecen las compulsiones; está lejos de la extinción de sus compulsiones.

XIX: El justo

256. Aquel que decide un caso con parcialidad no es justo. El sabio debe investigar imparcialmente tanto lo correcto como lo incorrecto.
271-272. No es sólo por la mera moralidad y la austeridad, ni por la erudición, ni por el desarrollo mental de la concentración, ni viviendo en retiro, ni pensando "gozo de la bendición de la renuncia negada a las personas mundanas", es como uno debe sentirse satisfecho, sino consiguiendo la extinción de todas las contaminaciones.

XX: La Senda
276. Ustedes mismos tendrán que esforzarse. Los Budas sólo son los que indican el camino. Aquellos que entran en el Sendero y cultivan la meditación se liberan de las garras de Mara.
282. Verdaderamente, de la meditación brota la sabiduría. Sin meditación, la sabiduría mengua. Conociendo el doble camino de la ganancia y la pérdida, debe conducirse uno mismo de manera tal que pueda aumentar la sabiduría.
283. Tala el bosque, no el árbol. Desde el bosque de las pasiones emerge el miedo. Devastando el bosque, lo mismo que el ansia, permaneced libres de éstas.

XXI: Miscelánea

290. Si al renunciar a una pequeña felicidad se vislumbra una felicidad mayor, entonces que el hombre sabio renuncie a la felicidad más pequeña en vista de la felicidad mayor.
294. Habiendo eliminado a la madre (avidez) y al padre (orgullo) y a los dos reyes (posesión y nihilismo), y habiendo destruido a un reino y sus habitantes (totalidad de experiencias individuales de la vida en el dominio se la existencia condicionada), y a los cinco hombres eminentes (pasión, ira, estupefacción, excitación seguida de arrepentimiento y la duda), se marcha sin dolor hacia el estado de iluminado.
305. Aquel que se sienta solo, descansa solo, pasea solo, se autocontrola en soledad, hallará dicha en el bosque.

XXIV: Avidez
348. Abandonad el apego al pasado; abandonad el apego al futuro; abandonad el apego al presente. Cruzando a la otra orilla del devenir, la mente, liberada por todas partes, no retornaréis al nacimiento y el envejecimiento.
354. El regalo de la Verdad es más excelso que cualquier otro regalo. El saber de la Verdad es más excelso que cualquier otro saber. El placer de la Verdad es más excelso que cualquier otro placer. El que ha destruido la avidez, ha superado todo sufrimiento.


XXVI: El Noble
423. Aquel sabio que conoce sus vidas previas, que percibe el cielo y el infierno, que ha llegado al final de los nacimientos y que ha alcanzado el Conocimiento Supremo y ha completado su labor, a ése llamo yo noble


No es éste el final del Dhammapada, es una rueda.

Retórnese ahora al principio.


No hay comentarios.: