Mentite que me divierte

“Si alguien te dice más de tres veces
algo sobre sí mismo
te está mintiendo”

Le da vuelta a los pensamientos hechos palabras para que encajen en su sistema de creencias, ese sistema que se torna más y más obtuso con los años. Si bien cuando adoptó pensar como piensa la maleabilidad era la norma, hoy eso está perdiendo aquella gracia y ya se sabe que la gente crece, evoluciona y deja de identificarse con algunas cosas. Muchos de aquellos que lo creían genial o piensan que está bien para entonces o directamente lo descartan. Igual el público se renueva y él sigue persistiendo y reincidiendo en creer que la forma que forma sus ideas es la única forma… La Forma; y ahí va desatando desamores y pasiones y creyendo que ese es el síntoma de que sus formas son lo que eran para lograra no ver que son lo que son.

Los años, que quizás no pasan en vano, lo atrapan en frascos de textos viejos y reciclados que rescata de un arcón y que cada día cree más geniales, porque si son antiguos y actuales entonces deben ser eternos y la cosa es eternizarse, perdurar y marcar para no ser olvido. Seguramente no será olvido y seguramente no será por las cosas que desea ser recordado, esa vanidad y egocentrismo se olvidan de ver que quienes perduraron no decidieron por cuales cosas lo hicieron.

Pasó de ser un pensador versátil a un hábil manipulador que proyecta sus defectos en los demás: Demostrando neurosis la defenestra, siendo ateo defiende costumbrismos sociales impuestos por ciertas religiones, siendo libre-pensador se ata a ideologías… y a cada paso, de cada texto, lo que muestra marca lo límites claros de lo se esconde a sí mismo. Se miente sin mentirle a los demás y se siente a salvo por eso. Los que lo escuchan se mienten a si mismos y les gusta la idea y el resto se divierte viendo y mirando discusiones que no llegan, opiniones que son filtradas, halagos, flores, y algún que otro dardo in-detectado por la línea editora.

Esta es la última rabia por una admiración que come tierra: Mentite que me gusta porque me doy cuenta que te engañas a vos mismo y me querés vender tus volutas torpes que te llenan los ojos de cortinas de humo.