Mar De Fondo: La señora de la política

viernes

La señora de la política

La niña huérfana sigue dentro del laberinto. Si antes, lograr mantener la cabeza fuera del agua era sobrevivir a un mal amor y escalar posiciones en la empresa para mantenerse a ella y a su pobreza, ahora es intentar subsistir en un gobierno corrupto que aniquila sin causa y sin prisa a esos que consideró buena gente cuando su carrera política comenzó. La niña sigue siendo la infante que logró ser adulta a base de golpes y traspiés. Intentó de todos modos convencerse que se puede luchar desde adentro y que es posible mantenerse sano mentalmente a pesar de lidiar con los egoísmos de una clase dirigente que es adicta a los medios de comunicación. La niña mintió más de una vez, pero esas mentiras de nena inocente quedaron como pequeños errores de una licenciada inexperta en un mar infestado de tiburones… y al menos la niña sueña que su causa es justa, que sus ideas son las que valen, que lo que cree es lo real y lo que va a lograr no es solo para ella sino para el bien común, para el pueblo, para la gente humilde que la abraza y la besa en el conurbano en los actos que sus punteros organizan.
Lo importante es demostrar afuera que se están haciendo cosas por dentro y la niña llega a estar tan, tan cerca del poder absoluto que sabe que fue Dios quién la recompensó por tanto trabajo, por tantas horas trasnochadas, por tanta malasangre, por tantas discusiones y acuerdos a regañadientes, por dejar de lado su familia, sus horas, sus días…. Tanto sacrificio en pos del bien nacional.
La niña sabe que no tiene cadáveres en el placard, sabe que si esa testigo terminó desparramada en la planta baja fue por impunidad y falta de justicia, sabe que ese fiscal que acaba de renunciar fue lo mejor en su momento pero cedió a una presión a la que ella no cedió, sabe que los que se fueron son cobardes y sabe que los reclamos de la esposa de su amante son injustos y que nunca va a entender por que las hijas del amor de su vida la tratan con desprecio cuando ella se desvive por complacerlas en todo.
La niña quiere más y está acorralada porque ¿A dónde puede ascender ahora? Ella se repite que alguien como ella puede volver a trabajar en cualquier empresa con semejante capacidad y posiblemente tenga razón. La niña necesita siempre padres que la amparen, que la quieran y la protejan; que la orienten y la aconsejen. La niña siempre quiere más y más… y ahora que sabe que no es joven está empezando a pensar, pero mejor es no pensar en la felicidad plena, mejor es pensar en lo próximo, en la próxima zanahoria, en el camino… y va, y sigue caminando. Quiere ser la imagen de la perfecta mujer que controló en su juventud, ella se ganó el mote de señora, ganó ese respeto que le demuestran y fue gracias, no a la suerte, sino al sudor y a las lágrimas. “Soy un ejemplo” se dice al espejo antes de entrar en escena; se infunde valor antes estar frente a las cámaras; necesita sentirse positiva y real antes de decir lo que piensa mientras niega que ya no cree en lo que está pasando.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hay que buscar siempre una fe en que fundar el optimismo, la mía tiene más que ver con la suerte que con el esfuerzo

un beso

Marcela dijo...

hay gente que tiene mucha fe en si misma y le va muy bien.
:)