Una Forrada

El lenguaje es un repertorio de esos convenientes desaires,

que hacen el gasto principal en las controversias.
El arte de injuriar, Jore Luis Borges.

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Reconozco que mi grado de forrez es alto algunos días, sobre todo cuando de entrada me mandan a decir injurias entre líneas. La escalada puede ser atroz y mientras más me atacan solapadamente más forra me pongo. Las consecuencias son evidentes: el hilo se corta por lo más débil y si el otro está al borde del brote, salta como leche hervida. Las personas forras somos así a veces, llevamos las cosas al límite solo para ver como se corta lo que estaba roto.
Uno es forro con gente que no lo conoce bien a uno, la gente que lo conoce a uno lo acepta con ese grado de acidez forra que siempre cae como chiste estúpido. Pero es así, en la mentalidad del forro la primera reacción es pensar: A forro, forro y medio. Las forradas generalmente no terminan bien y uno a veces se arrepiente del grado, pero en el fondo sabe que lo único que hizo fue cooperar con no dilatar situaciones sin sentido para ver si funciona algo que está destinado a no funcionar. La extrema diplomacia es una forma de forrez, en realidad hay muchas formas comportarse de forma forra. La proyección también, pero al ser inconsciente solo demuestra que uno es forro sin querer serlo y el arte de la forrez consiste en hacerse el forro y que se note. Eso si, no es una practica para cualquiera. Si le afecta mucho que haya personas en el mundo que se crean que es un forro, entonces no practique la forrez.