Escribir con disgrafía
Desde que tengo memoria no puedo retener el orden de los números tal cual los veo, a pesar de tener memoria visual. Con el tiempo me di cuenta que tiendo a dar vuelta las cifras de ciertas maneras y ahora; reconociendo eso, suelo pensar; cuando intento recordar algo, que posiblemente lo he dado vuelta y juego con las opciones hasta encontrar la correcta. Eso me sirvió para recordar contraseñas y sus variaciones posibles en el momento en el cual las he elegido.
Más allá de los números, suelo dar vuelta algunas letras de las palabras, las pienso y mi mano las escribe al revés. Recién cuando estudié normativa castellana noté que los diptongos, triptongos, hiatos, etc. me resultaban dificultosos y sumamente difíciles de individualizar, no porque no pudiera memorizar las reglas, sino porque me encuentro frente a ellos como sumando dos más tres con los dedos para darme cuenta que son la suma de la individualidades de mi mano que suman siempre cinco… yo lo se, se que está ahí, se el resultado, pero igual me lleva mucho tiempo hacer las asociaciones correspondientes. Me lleva tiempo… tiempo que en los exámenes no se tiene.
Para mí fue un orgullo saber que podía usar el lenguaje denodadamente bien, casi lloro por eso, a veces me emociona. Pienso que me cuesta un huevo ciertas cosas, pero aunque no debería ser consuelo mi carencia, me siento bien pensando que hay personas que no tiene dificultades y no pueden nombrar la mitad de los verbos, ni logran adjetivar de la manera en que yo pude. Y eso que no es mérito mío, ni de mis padres, ni de una educación particular, ni siquiera tiene que ver con la elección de lecturas que hice durante estos años. Nunca supe con que tuvo que ver mi uso particular del lenguaje, ni supe bien porque mi manera natural de escribir se compone de extensas subordinadas de subordinadas (que siempre alguien logra entender de todos modos y que escapan a las supuestas correctas formas en que el español es entendido por sus hablantes).
Mi disgrafía (en principio numérica) es tan parte de mí que sin ella mi manera de expresarme y de entender el mundo posiblemente cambiaría. Nunca la oculté, porque nunca me pareció nada particularmente trascendente para entender quién soy, y en definitiva, es una tara de mi escritura que generalmente no infiere en mi oralidad.
Algunas veces he deducido que tiene que ver con estadios de ansiedad, ya que en la celeridad de intentar ver con rapidez puede ser que pierda pasos al intentar diferenciar aquello que deja una impronta parcial en mi memoria, de aquello que estoy viendo.
Mi disgrafía se supone visual y sin embargo dibujo a lápiz con bastante detalle y me gustan los puzzles y demás. Creo que es un error creer que es un desorden de atención, o que tiene que ver con distracciones. Por lo menos, de mi parte se que me intereso en prestar atención y que me desgasto bastante intentando estar atenta un tiempo prolongado. Sin embargo puedo decir que puedo ser obsesiva con mi atención a ciertas cosas, a conversaciones, a escritos, a libros, a juegos y a otras cosas… así que en realidad no se bien con qué tiene que ver este tipo de falta de memoria para retener secuencias de palabras o números en el orden en que fueron escritas. Una de mis teorías es que los 7 ítems normales que cualquier persona retiene en su memoria son menos para mí, ya que es raro que puede retener un número de más de 5 cifras y mucho menos lograr el estado de abstracción necesario para sumarlo, restarlo o dividirlo por otra cifra. Sin embargo puedo recordar el dialogo exacto de una conversación de hace meses o años sin el más mínimo esfuerzo… Imagino que fueron esas cosas las que me llevaron a escribir y no a ser algo diferente. Como fuere, nunca renegué de mi incapacidad de retener fechas, nombres o secuencias extensas, quizás nunca me enfrenté a una situación límite en la cual fuese estrictamente necesario. A veces me pregunto si algunas cosas no se me escapan y ni siquiera me doy cuenta, pero la verdad es que si nadie me lo hace notar posiblemente jamás lo note ni me de cuenta de lo aquello que jamás noté.
La ignorancia tiene un cierto grado de bendición, como siempre.
Más allá de los números, suelo dar vuelta algunas letras de las palabras, las pienso y mi mano las escribe al revés. Recién cuando estudié normativa castellana noté que los diptongos, triptongos, hiatos, etc. me resultaban dificultosos y sumamente difíciles de individualizar, no porque no pudiera memorizar las reglas, sino porque me encuentro frente a ellos como sumando dos más tres con los dedos para darme cuenta que son la suma de la individualidades de mi mano que suman siempre cinco… yo lo se, se que está ahí, se el resultado, pero igual me lleva mucho tiempo hacer las asociaciones correspondientes. Me lleva tiempo… tiempo que en los exámenes no se tiene.
Para mí fue un orgullo saber que podía usar el lenguaje denodadamente bien, casi lloro por eso, a veces me emociona. Pienso que me cuesta un huevo ciertas cosas, pero aunque no debería ser consuelo mi carencia, me siento bien pensando que hay personas que no tiene dificultades y no pueden nombrar la mitad de los verbos, ni logran adjetivar de la manera en que yo pude. Y eso que no es mérito mío, ni de mis padres, ni de una educación particular, ni siquiera tiene que ver con la elección de lecturas que hice durante estos años. Nunca supe con que tuvo que ver mi uso particular del lenguaje, ni supe bien porque mi manera natural de escribir se compone de extensas subordinadas de subordinadas (que siempre alguien logra entender de todos modos y que escapan a las supuestas correctas formas en que el español es entendido por sus hablantes).
Mi disgrafía (en principio numérica) es tan parte de mí que sin ella mi manera de expresarme y de entender el mundo posiblemente cambiaría. Nunca la oculté, porque nunca me pareció nada particularmente trascendente para entender quién soy, y en definitiva, es una tara de mi escritura que generalmente no infiere en mi oralidad.
Algunas veces he deducido que tiene que ver con estadios de ansiedad, ya que en la celeridad de intentar ver con rapidez puede ser que pierda pasos al intentar diferenciar aquello que deja una impronta parcial en mi memoria, de aquello que estoy viendo.
Mi disgrafía se supone visual y sin embargo dibujo a lápiz con bastante detalle y me gustan los puzzles y demás. Creo que es un error creer que es un desorden de atención, o que tiene que ver con distracciones. Por lo menos, de mi parte se que me intereso en prestar atención y que me desgasto bastante intentando estar atenta un tiempo prolongado. Sin embargo puedo decir que puedo ser obsesiva con mi atención a ciertas cosas, a conversaciones, a escritos, a libros, a juegos y a otras cosas… así que en realidad no se bien con qué tiene que ver este tipo de falta de memoria para retener secuencias de palabras o números en el orden en que fueron escritas. Una de mis teorías es que los 7 ítems normales que cualquier persona retiene en su memoria son menos para mí, ya que es raro que puede retener un número de más de 5 cifras y mucho menos lograr el estado de abstracción necesario para sumarlo, restarlo o dividirlo por otra cifra. Sin embargo puedo recordar el dialogo exacto de una conversación de hace meses o años sin el más mínimo esfuerzo… Imagino que fueron esas cosas las que me llevaron a escribir y no a ser algo diferente. Como fuere, nunca renegué de mi incapacidad de retener fechas, nombres o secuencias extensas, quizás nunca me enfrenté a una situación límite en la cual fuese estrictamente necesario. A veces me pregunto si algunas cosas no se me escapan y ni siquiera me doy cuenta, pero la verdad es que si nadie me lo hace notar posiblemente jamás lo note ni me de cuenta de lo aquello que jamás noté.
La ignorancia tiene un cierto grado de bendición, como siempre.
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