Empieza a llegar
Hay un amor detrás de una pared, apacible como un lago y que refleja una vorágine de despertares eróticos. Hay, más allá de mi neurosis actual, un despertar que no parece lejos. Hay un alma esperando, en la mansedumbre de sus acciones netas, que diga lo que todavía no se decir. Alguien va a nombrarme, a decir mi nombre real, me va a incitar, va a permitirme sacar imágenes sueltas de su alma sonriente, va a remover entre mis papeles para rescatar lo infame, va a invitarme a salir a sol los domingos y los jueves.
Hay un amor detrás de una pared cada vez más delgada que ya me conocía de antes, que ya sabía y va a enterarse, en cuanto me tenga cerca la cantidad suficiente de tiempo. Hay un dolor de amor que se sana de a poco, una mirada a través de un cristal menos y menos empañado por la humedad de los días pegajosos. Hay un alma que se cree que nada va a pasarle, que está segura de que nada nuevo va a ocurrirle, que piensa que ya no queda espacio dónde buscar, que cree estar al borde de abandonar sus creencias sobre lo que cree que la felicidad es.
¡Escúchame! Una parte te dice en que pensar y la otra te dice lo que anhelas. Buscando la paz como sea no vez que solo debes creer que lo que anhela tu intuición está tan cerca de de tu nariz que no puedes verlo.
Hay un amor detrás de una pared cada vez más delgada que ya me conocía de antes, que ya sabía y va a enterarse, en cuanto me tenga cerca la cantidad suficiente de tiempo. Hay un dolor de amor que se sana de a poco, una mirada a través de un cristal menos y menos empañado por la humedad de los días pegajosos. Hay un alma que se cree que nada va a pasarle, que está segura de que nada nuevo va a ocurrirle, que piensa que ya no queda espacio dónde buscar, que cree estar al borde de abandonar sus creencias sobre lo que cree que la felicidad es.
¡Escúchame! Una parte te dice en que pensar y la otra te dice lo que anhelas. Buscando la paz como sea no vez que solo debes creer que lo que anhela tu intuición está tan cerca de de tu nariz que no puedes verlo.
Deja de pensar para empezar a creer. Está escrito en tu palma.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario